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El DIGESTO, o Los consejos y advertencias de un padre al hijo que parte a recorrer el mundo

Monólogo teatral contentivo de un tratado extractado de teología, de jurisprudencia, de filosofía existencial y de filosofía política en que el personaje principal, el barón de Diedricht, refuta la teoría social contractualista de Thomas Hobbes, John Locke y Jean-Jacques Rousseau, así como la teoría separacionista del barón de Montesquieu, entre otras curiosas e inescuchadas declaraciones, proposiciones y refutaciones.

.
 
DRAMATIS PERSONAE
—————
EL BARÓN DE DIEDRICHT, que alecciona.
SU HIJO (éste escucha paciente y con atención, sin articular palabra).
—————
 
ACTO ÚNICO
ESCENA ÚNICA
 
Sala familiar. Centro de París. Primavera de 1771.
 
.
 
 
 
                     (SE ELEVA EL TELÓN)
 
 
 
EL BARÓN DE DIEDRICHT:
 
Mi hijo, ya estás crecido...
Oye el consejo primero:
Para rodar por el mundo,
sé sabio o lleva dinero.
 
Lo acabado de decir
se lee de esta manera:
Todo traspié cometido
lo paga la faltriquera.
 
*
 
Otrosí, ¿sabes?, el oro
guarda bondades secretas:
no hay dama que aturda a tantos
ni ujier que te abra más puertas.
 
*
 
La mano empapada en oro
pronuncia un abracadabra:
su fulgor dorado compra
el silencio y la palabra.
 
*
 
...Observa cómo ha dispuesto
el designio de los hados
que tantos mueran vendidos
cual tantos viven comprados...
 
*
 
Ser sabio o llevar dinero:
aunada dicotomía.
Empleas dijes de oro
o aplicas sabiduría.
 
*
 
...No busques mandos ni glorias,
no esperes fama o renombre,
no invoques hadas ni creas
en la justicia del hombre.
 
 
*
 
¿Tus convicciones? ¡muy tuyas!
¡Desgájate del rebaño!
Y duda de cuanto brilla...
El mundo es dolo y engaño.
 
*
 
Nunca solicites nada
gratuito.
                   Quien solicita
ha de saber: el favor
va a quien no lo necesita.
 
*
 
Hijo, si te sobrecoge
alguna calamidad
no la pregones al viento
ni muestres necesidad.
 
*
 
En adversidad sé fuerte,
resiste, levanta el ánima,
no te abandones al llanto
ni busques paño de lágrimas.
 
*
 
Siempre hallarás un amigo...
dentro de ti; y tienes otro
(siempre tendrás ese amigo)
grande y Todopoderoso.
 
 
 
*
 
Hijo, si dices verdad,
no fíes en que se aprecie;
adviértelo: a tu escuchante
más valen sus intereses.
 
*
 
Hijo, si dices verdad
(escucha bien, no te asombres),
no hallarás perla en el suelo
ni lugar entre los hombres.
 
*
 
Para que no se te tilde,
a ti, de “traba” o “estorbo”,
mejor no digas verdad,
muchacho, que el mundo es sordo...
 
*
 
Si quieres ver la verdad
hallada por otro rumbo,
te la diré: Es la verdad
el Gran Engaño del Mundo.
 
¿¿Contradicción??  Mira, hijo:
creemos, si nos conviene...
Al ser así, cada hombre
¿no jura que ya la tiene?
 
*
 
Hijito, ¿quieres medrar
y ser el ser que se admira?
¡Abjura de la verdad
y adhiérete a la mentira!
 
*
 
¿Deseas ver tu talento
juzgado “excelso" o "grandioso”?
...Prueba, primero, apretar
la mano del poderoso.
 
*
 
No hables frente a los necios;
callarnos mejor conviene:
el valor de tu palabra
lo miden por lo que tienes.
 
Así, a criterio de necio
—centrado en “tiene” o “no tiene”-,
serás un tonto o serás...
¡Pítaco de Mitilene!
 
*
 
Llámese “noble de Atenas”,
dígase “bravo de Esparta”,
el necio, toda alma entera...
silencia; o mejor: se aparta.
 
*
 
No veo mal si decides
guiarte por religión
—no a pie juntillas—, pues, hijo,
lo importante es la intención:
probar nosotros ser otros....
¡el ansia de elevación...!
 
¿Cómo pedir al durazno
dar el fulgor de la rosa?
¿...y exigirme a mí –hombre llano–
pensar mejor que Spinoza?
 
*
 
...Si has de llevar religión,
de fe y razón hazte aliado
y lleva tal religión
como quien lleva un cayado.
Cayado es vara de fe;
razón redonda, tus plantas.
Con el cayado te apoyas
y luego tú lo levantas
para asentarte en tus pies;
vuelve el cayado otra vez,
y nuevamente tus plantas,
una y otra y otra vez,
a tanto y tanto de tantas...
 
*
 
Reniega de todo credo,
duda de la religión,
si quieres..., pero, hijo mío,
no dudes: Existe Dios.
 
Esta recomendación
dóytela por mis aprecios...
y porque negar a Dios
es franco oficio de necios.
 
*
 
Si es propio de cada regla
venir con una excepción,
te diré: Dios tiene todo;
todo, menos religión...
 
Mas la excepción a la regla...
¿no hace una regla?
                                          A tal modo,
por la regla inversa, Dios
engloba y contiene todo.
 
Ergo, si todo contiene
se hace razón de razones,
y por extensión comprende
a todas las religiones.
 
*
 
Hijito, ¿sabes cuál es
la religión verdadera?
La que quieras.
 
*
 
La rueda, el carro, el reloj,
el verso, el hiato, el pronombre,
el credo, la religión...:
magnos inventos del hombre.
 
*
Unos niegan con encono
a Dios, con rasas razones,
cuando dígnanse impugnar
al Dios de las religiones.
 
*
 
¿El Dios de la religión
es Dios?
                   A mi parecer,
el Dios de la religión
resulta ser y no ser.
 
Aqueste ser y no ser
de Dios en la intelección
da por el hombre entender
por canto o por narración.
 
Resumo: cada cultura
entona su narración;
cada grupo humano o crea
o adopta una narración.
 
*
 
Se revela verdadera...
y vale, una religión,
si suma razón y fe
a inocencia o convicción.
 
*
 
¿Cómo se conoce a Dios?
Por mera aproximación.
Para el hombre, Dios no es
objeto de aprehensión...,
siendo Dios ilimitado
y el hombre, limitación.
 
*
 
Fervoroso, el feligrés
fuerza la fe a la razón;
mas, por inercia, a la fe...
yo llego por la razón.
 
*
 
¡No creo que a la razón
se imponga una ciega fe!,
pero antes que envilecido...
prefiérote feligrés.
 
*
 
Dejemos que la Razón
sonde a Dios y lo intuya:
 
El Dios verdadero es
lo que hace que todo fluya.
 
*
 
Dios es el Todo, en simétrica
acción de voz y mutismo;
el Todo.... cual si dijera....
hablando consigo mismo.
 
*
 
Dios es equis tal que equis
en autodefinición
es parte y Totalidad
en permanente expansión
 
(tal permanente expansión
nos da la noción del tiempo;
el tiempo excede al reloj;
el tiempo: Dios expandiéndose).
 
*
 
Dios: perenne surtidor
dándose en modo verbal;
premisas + conclusión
de la Absoluta Verdad...
 
 
*
 
Dios es Dios. Él desborda las doctrinas
y los dogmas de fe, y toda idea
referida a su Él nada lo engloba,
lo comprende o designa: es solo idea.
 
Dios es más. Él es Él, transparentado,
substanciado en su Yo, y en la natura
simbolizado:
                    ¡Oh fe de religiones,
ofreces solo muestras de culturas
 
humanas, con sus libros y aprensiones
(adorados, hurgados, magullados)
al fluir de las “civilizaciones”!
 
La Verdad se desgaja: Es todo credo
—más allá de liturgias y sermones—
parejamente falso y verdadero.
 
*
 
Hijo, la indisposición
no la levantes o atices;
en temas de religión
tú nunca te fanatices...
 
*
 
Los estatutos divinos
se asumen cual los axiomas;
pero las normas humanas....
se observan y se cuestionan.
 
*
 
La autoridad de la ley
deviene del legislar...
Un juicio certero es ver
a Dios como un legislar...
 
 
*
 
Mucho cela el legislar
el poderoso....
                               A saber:
si descuida el legislar
se perderá su poder.
 
*
 
La función del legislar
se la queda el poderoso;
si defiere el legislar
ya no será poderoso.
 
*
 
...Al texto de ley lo rige
el riel de su dictador:
¿no se hace el testamento
a gusto del testador?
 
*
 
Legisla el legislador
en nombre de poderosos.
¿Es transitiva su ley?
(la habrán de cumplir los otros...)
 
*
 
Para hablar a poderosos
se cuidan las inflexiones;
si la inflexión no alcanzara,
se añaden genuflexiones...
 
Que la inflexión en tu hablar
no torne en genuflexiones;
sostente firme, hijo mío,
y erguido en tus posiciones.
 
 
*
                          (Aparte, hablando esta vez para sí o para un personaje imaginario; o tal vez como exclamación retórica).
 
¡Comensal menesteroso:
conviene ser poderoso;
si tu hambre fuera dinero
—a espejo del usurero—
te servirían primero!
 
*
 
                      (Retomando el discurso; hablando otra vez de manera directa al hijo).
 
 
Dirá un juez en ejercicio,
ante un hecho contencioso:
“Mas fácil doblo el acero...
que el brazo del poderoso”.
 
*
 
¿Por qué habla el poderoso
una palabra de rey?
Hijo mío, el poderoso
es el que dicta la ley.
 
*
 
Me dirás: “¡Pero la ley
la dicta el legislador!”
Hijito, es el poderoso
quien pone al legislador.
 
*
 
¿Que la ley del Parlamento
sopesa el primer ministro?
Hijito, ¡es el poderoso
quien pone al primer ministro!
 
*
 
Dirás: “El primer ministro
se escoge en las votaciones”.
Hijito, es el poderoso
quien monta las votaciones.
 
Dirás tú: “Tal dominancia
daña un sistema político...”
Hijo..., él, el poderoso,
ES el “sistema político”.
 
*
 
De vuelta a los escrutinios:
Escogen corzo o venado.
Los “rivales” del torneo
ya están preseleccionados.
¡por tal, saldrán indistintos
e iguales... los resultados!
 
Y más: cada mecanismo
lo acciona un subordinado.
 
Detrás, se ríe el Poder.
Ni en peligro ni arriesgado.
 
*
 
¿Que parlan los publicistas
de equilibrio de "poderes”?
Soberano, el poderoso
“equilibra” cuanto quiere.
 
*
 
¿Que hay naciones en el mundo
con un sistema de rey?
Si el rey no es el poderoso,
es éste quien pone al rey.
 
*
 
¿Por qué lanza el poderoso
una mirada de orgullo?
Él mira a los Parlamentos,
los ve... ¡y todos son suyos!
 
*
 
“A los lores, los honores...”
¡Jura, jurista Loysel...!
¿Les va a los legisladores?
¡juegan tan bien su papel!
 
*
 
De aparcería, el acuerdo.
Corresponde a cada socio:
sillón, al “legislador”;
la curul, al poderoso.
 
*
 
¿No es, la del poderoso,
palabra definitiva?
¡Lo es!, pues mira la ley:
hecha a su exacta medida.
 
*
 
El soldado, el “congresista”,
“la prensa”, el “cura” y el “juez”
y el “ministro” y el “cronista”
y el “preceptor” y el sofista:
¡piezas de un mismo ajedrez!
 
 
*
 
Renuncia a ser juez de nada,
de nadie, pues si te ponen...,
hijo mío, solo esperan
que apliques cuanto disponen.
 
*
 
Si buscan hacerte juez,
declina con pragmatismo.
Mi hijo, solo eres juez
cuando juzgas por ti mismo.
 
 
*
 
Al juzgar en nombre propio,
sigue esta regla de tres:
como cada parte aduce...
exactamente no es.
 
*
Sé justo, y al dar justicia
usa este alto sentido:
ni ayudes al opresor
ni fíes del oprimido.
 
*
 
No acudas a la justicia...
ni afanes en ver a jueces
si aumenta el lucro cesante
y agrava el daño emergente.
 
Fíjate bien donde pisas,
haz no nacer el problema,
sé cuidadoso, mantente
distante de ese sistema,
 
lejos de litis, pendencias,
del hecho, el juez, el estrado...
No sientas inclinación
por juzgar ni ser juzgado.
 
*
 
¿Te valen bien tus derechos?
Esto te valga, tal vez:
ampara más que el Derecho
un guiño oculto del juez.
 
*
 
Huye de las controversias,
de las pendencias gratuitas...
Compruébalo: todo pleito
lo ganas cuando lo evitas.
 
 
 
*
 
¿Cuál, el saber de esa ciencia
llamada “Jurisprudencia”?
El acomodar el hecho
a razones de derecho.
 
 
*
 
¿Vistes, vistosa, la toga
de instituida Justicia?
Hijo mío, te hallas a...
servicio de la injusticia.
 
 
*
 
 
 
Se exige todo filósofo
de toda era y edad
—para ser real filósofo—
el desnudar la verdad.
 
*
 
Obliga a quien filosofa
el encontrar argumentos
veraces y universales
y para todos los tiempos.
 
*
 
Filosofía Política:
fundamental aporía
en realidad;
                         si “ciencia”:
diadema de fantasía,
de espejos y pedrerías,
cúspide
                    de las utopías.
 
 
...Una cosa es la política
y.... otra, filosofía:
ésta es amar la verdad;
aquélla, trapacería....
(por eso gusta a los pueblos
y encanta a la mayoría).
 
 
 
 
*
 
Si escuchas de Montesquieu:
“Separación de poderes”,
hijo mío, ves un trípode...
¡y a un solo poder sostiene!
 
¡Ah!  Él dice: “Una nación
debe tener tres poderes
para equilibrio...”
                                     ¡Un Poder
no acepta otros poderes!
 
Y tú dirás, hijo mío:
“¡Pues, lo dijo Montesquieu!”;
ríete, hijito, si río
y dígote: “¡Así no es!”
 
Poder es UNO, en su Orbe
de acción, y no acepta tratos:
los que nombra Montesquieu
son órganos, aparatos,
 
drizas de un mismo bajel...
Sólo por cauta licencia
se otorga el nombre “poderes”
(para brindar la apariencia....)
 
Menuda treta retórica
se ingenia el barón, con arte:
la parte, parte del Todo;
y el Todo, no de la parte...
 
La practicidad –velada,
mas útil– de su Principio
es revestir al Poder
de deidad (ser uno y trino);
 
hacer ver al poderoso
—amo y señor de la guerra–
al tiempo que trino, uno:
igual a Dios en la Tierra,
en ese entonces y ahora...
                              (Al oído del hijo, el verso siguiente, con la posición de la mano y el sigilo de quien dice un secreto)
...llena de testas ingenuas.
 
¿Resiste su razonar,
en pie, la mirada crítica?
¡El pesquis de ese barón
tejió una nasa política!
 
Toda consideración
que de VERDAD se desvía...
no es sano discernimiento
ni exacta filosofía.
 
 
 
*
 
...Pero te aclaro, hijo mío,
lo oscuro del laberinto:
 
Puede existir un Poder
distinto en orbe distinto.
 
Y puedo ver más allá,
desde mi angosta atalaya:
 
Existen tantos poderes
distintos como orbes haya.
 
¿Se equilibran?, ¿sí?
                                          ¡Oh, no!
¡Rige la ley del mosquete!
Un poder... frente a un poder...
se somete o lo somete.
 
¿Orbes de orbes constrúyense?
Prima un orden definido...
Habrá un poder soberano.
¿Y los demás? ¡Sometidos!
 
¿Le compete a la lingüística?
¿será a la semiología?
¡Si hay un vocablo dudoso,
es éste: “Soberanía”!
 
Sintetizo ese criterio;
y, al sintetizar, abundo:
¡Genuinas soberanías
pocas verás en el mundo!
 
¿Un país de cualquier Orbe
será en verdad soberano
con un ejército fósil
de veinticinco cristianos?
 
¿Qué fuerza organiza al mundo?
¿La paz? ¿el amor? ¿la ciencia?
¡Nada de ingenuo, hijo mío:
lo organiza la violencia!
(ya la factual y efectiva,
ya la dejada en potencia).
 
*
 
¿Ves en (y entre) las naciones
alzarse un lapso de paz?
Esa no es paz verdadera:
es violencia potencial.
 
*
 
Poder es violencia y fuerza.
En el mundo solo hay una
sola forma de gobierno,
se llama: la Dictadura.
 
Entre los hombres, ubicuo,
omnipresente este régimen,
este eterno panorama:
los fuertes contra los débiles.
 
 
 
...De algún contrato social
nos hablaba Thomas Hobbes
 
y de contrato social
igual predicó John Locke...
 
Ese “contrato social”
también confundió a Rousseau;
 
si admito lo de “contrato”,
es contrato de adhesión:
 
el fuerte –riqueza y armas–
presenta allí sus pandectas,
y el débil... ¿se dijo “pacta”?;
¡firma lo escrito y acepta!
 
Subrayo la afirmación:
En el mundo solo hay una
sola forma de gobierno,
se llama: la Dictadura.
 
¿Ves al Poder verdadero
expuesto en lo ya expresado?
Muchos hablan de “poder”,
pero es poder “delegado”,
mejor decir: simulado.
 
¿Dónde está el Poder real,
en sentido estricto y lato,
el permanente, el troncal,
que no el de los aparatos...?
 
¿Cómo defino al Poder,
aquel de saña y violencia
—inamovible, brutal—
y no el de las apariencias?
 
Daré, muchacho, el Poder
en una definición.
 
Es: “Suma riqueza armada
que da como única opción
el aceptar su dominio
so pena de destrucción
sin atender a reparo,
piedad o miseración,
y solo ante superiores
recurre a la sumisión
al aguijarle un instinto
vital de conservación
(destructor que al propio tiempo
previene su destrucción)”.
 
Embébete del perfume,
aspira su quintaesencia...
Poder humano, sus armas:
el engaño y la violencia.
 
 
Poder (potere, posere,
posis, potis...), por cimiento,
raíz y etimología,
implica sometimiento.
 
*
 
Incorruptible verdad
(futura, de hoy y de antaño):
Todo Poder es violencia
sustentada en el engaño.
 
*
 
Atada al Poder, por basa,
toda Historia se construye;
y si cambian los supuestos...
la Historia se reconstruye.
 
Construcción-reconstrucción
es dedicada labor
sofista.
                Como poeta,
la cumple el historiador.
 
*
 
Mucho se esfuerza el Poder
en aparentar legítimo,
y por eso se acicala
con fábulas de heroísmo.
 
*
 
El Poder lustra y barniza
la cuna que lo sostiene:
enaltece y sacraliza
los hechos de donde viene.
 
*
 
Dioses, héroes y guerras:
Rómulo, Remo y la loba
(Luperca), Eneas y Fáustulo
y Marte.... fundaron Roma.
 
*
 
Sin percatarte, al Poder
reverencias e idolatras
cuando te instala en la psiquis
su disfraz: “Yo soy la Patria”.
 
En semejante Artimaña
de vestidura inconsútil,
unos lanzan la carnada;
el otro es el tonto útil.
 
Dios (libro de Jeremías)
no hizo excepción de prohombres
al maldecir duramente
al hombre que cree en hombres.
 
Cuando te hablen de la patria
(la tienen por estribillo),
grita: “¡Me quieren robar!”,
y te agarras los bolsillos.
 
 
*
 
En libre figuración
(poco menos, poco más),
se me figura el Poder
industria de Satanás.
 
*
 
Así, como Satanás,
ríe en su trono el Poder;
lo mismo ante Satanás:
se rinde el mundo a sus pies.
 
*
 
Todos los dientes de oro
de Satán refractan luz.
Y, al voltear, del zapato
le salta una chispa azul...
 
*
 
Si se explora esa la Entidad
señora y dueña del hombre...
¿qué no será Satanás
sino el hombre sobre el hombre?
 
*
 
¿Y gano, al decirte esto?
¿o pierdo?
                     Como hombre cuerdo,
conozco bien lo que gano
y sé también lo que pierdo.
 
Esto pierdo: las riquezas
y honores que el mundo ahínca...
(quien no nace marioneta
con oros ni hilos brinca).
 
Esto pierdo: los banquetes
copiosos de parte a parte...
¡y esa grandeza insolente
que ofrecen las malas artes!
 
Y esto gano (aunque muy presto
en ostracismo me hundo):
Que tú, hijo mío, no pases
como un tonto por el mundo.
 
*
 
Por el noble amor de padre,
no quiero verte en labores
ni propias de un engañado
ni propias de engañadores.
 
Que por ambición un día
des en doblar la testuz;
de ambición y fechoría,
hijito, guárdate tú.
 
*
 
...Habló Séneca de hombres
que a cambio de dignidades
—¿antinomia?, ¿alteridad?—
perpetran indignidades;
 
para escalar por el lado
opuesto de ese cateto,
brida para tus pasiones
procura con Epicteto.
 
*
 
Cierto filósofo cínico
le dijo al rey-hegemón:
“¿Lo que en verdad de ti quiero?
¡Que no me obstruyas el sol!”
 
Tal como Alejandro (el "Grande”)
corre el pensar general:
morir y agotar las fuerzas
en lo que no ha de durar.
 
*
 
No te turbe la riqueza
o la ganancia excesiva...
¿Le aprovecha la riqueza
a aquel que está bocarriba?
 
*
 
¿Te toca elegir oficio?
Decide, mas con prudencia:
asume una ocupación
que tienda a tu independencia.
 
*
 
¿Te asaltan las disyuntivas
al escoger tus afanes?
¡Todo, menos la política:
oficio de charlatanes!
 
*
 
¡Todo, menos la política,
al decidir tus labores!
¡A leguas  de la política!,
antro de simuladores...
 
No es denuesto ni es escarnio
ni expresión que al otro afrente;
se define la Política:
Arte de lo conveniente.
 
Su propia definición
delata a la oscura “ciencia”
(oscura, porque no dice
de quién es la conveniencia).
 
Esa ciencia gaya parla,
fabla, alega, espeta, dice;
y habla lo que no habla...
y dice lo que no dice.
 
Su exacta definición
puede alternarse, tal vez,
con un mote más eximio:
la Esfinge de la Doblez.
 
Habla de paz o equidad,
ofrece villa ¡y Castilla!,
mientras, capciosa, del labio
se filtra la sonrisilla...
 
Hay engaño en cuanto afirma.
Hay ruindad en cuanto habla:
¡No adores a la Serpiente
ni creas en su palabra!
 
*
 
El árbol de la política
contempla, bajo sus frutos,
dos partes procuradoras:
los tontos y los astutos.
 
*
 
¿Escuchas una algazara
de embustes..., trampas..., lindezas...?
¡Pasad, canalla política,
en pos de mando y riquezas!
 
Patriotas, héroes, caudillos;
zócalos, podios, peanas...
¡¡Dejad pasar esas duplas
ebrias de glorias mundanas!!
 
*
 
Cuando el mentiroso mundo
de la verdad se convenza...
el “arte” de la política
vería cual desvergüenza.
 
*
 
Nunca tomes partido en los humanos hechos.
Nunca te manifiestes ni contra... ni a favor...
¿No necesita el bosque, para ser, su maraña?
¿Y no es lo mismo arriba, abajo, alrededor?
Victimarios ni víctimas. Al juego de estocadas,
decide quien acierta primero al corazón,
por suerte o por desgracia, apodos del azar,
¡oh, caldera de réprobos! (en rasante razón).
Víctima: el victimario que ha caído primero;
victimario: la víctima que no se substanció.
Clama a tu Dios y entiende lo que en el fondo entiendes:
no hay unidad en uno ni dualidad en dos;
lo recto zigzaguea igual que la serpiente
y a círculo propende la recta del bastón.
 
    (Hace una pausa breve, toma un sorbo de agua, luego prosigue en tono solemne,  como quien se dirige a un auditorio imaginarío).
 
 
A los hombres que en pugnas y hervideros
acorralan a otros y se inventan
principados repúblicas reinados
para engañar al prójimo
                                           y violentan
y burlan a sus reos (por lo bajo)
“Vosotros sois las reses de esta hacienda
y en señal de refrendo y sumisión
debéis mover el rabo de contentas
y decir que vivís muy orgullosas
del trapo que os dejamos por emblema...”
y ellos mismos se hinchan y se exaltan
media mano guardada en la pechera
y se colman de honores y de aplausos
–tramoyas maliciosas– y de brevas
y sus ralas valías magnifican
y en bruscos contubernios desmadejan
mortifican zahieren roban matan
—desertores del riel de la inocencia—
y a sus hijos y aliados de igual laya
les dejan el barullo por herencia...
a esas fieras de almas desalmadas
conservantes de tontos en salmuera
fingidores de sueños y suspiros
buscadores de fama y de grandeza
contadores de cuentos incontables
alabados en cantos y poemas
por ruines genuflexos coribantes
a dos pasos del puesto y la prebenda...
a esos magos duales que permítense
apresar y decir que nos liberan
y a veces por efecto simultáneo
ser vasallos y hablar de independencia
atacar y posar como las víctimas
(pues su causa es la santa y verdadera)
sin otra realidad a ser posible
y ven sin discrepancia las maneras
acalladas por todos –viles cómplices–
en que pintan la patria y la manejan...
a esos hombres que os digo... por ser hombres
con lustrosa virtud menesterosa
los perdona Jesús el Nazareno
 
Pero hermanos oíd (si alguno hubiere)
al pasar de la incauta turbamulta
de desfiles y trompas y laureles
yo prefiero a Timón él se conduele
y –más acto de amor que el miserere–
se subleva y él mismo se sepulta
 
 
(Hace otra pausa breve, toma otro sorbo de agua, luego prosigue, volviendo nueva vez al hijo).
 
*
 
No por ignorancia (arpía)
eches a andar tras la fama,
hijito.
             ¡Es insensatez
degradarse tras la fama!
 
¿La fama he dicho?  ¿la fama?
¡Vengan censura y expurgo!
La fama es un someterse
a la exigencia del vulgo.
 
 
Si tal compete a la fama,
esto concierne a la gloria:
no has de buscarla, tampoco;
si llega, llegará sola.
 
La gloria nunca se alcanza
en vida, ni en Inglaterra
ni en Francia ni en los Balcanes....
¡Nadie es profeta en la tierra!
 
¿Qué hablaba Bentheim de Shakespeare,
hoy sacro entre las figuras...?
«Shakespeare es una cabeza
saturada de locuras».
 
¿Y Voltaire? ¿fue menos lejos?
Él dijo, entre rudas glosas
(de las notables tragedias):
“Son unas farsas monstruosas”.
 
Al final, son vanidades
ambas: la fama y la gloria.
¿Cuán prestante es la opinión
de muertos que se amontonan?
 
*
 
...No te venzan galardones
ni lauros ni canonjías,
ni te venzan los aplausos
con todas sus tonterías.
 
*
 
Elude a los gladiadores,
la sangre y el Coliseo,
pues son, la vida del hombre,
solo cuatro parpadeos...
 
Por tanto, ¿a qué someterse
a gradaciones..., a duelo
de jerarquías?  ¡Sé libre!
No arrastres rastras: sé cielo.
 
*
 
Hijo mío, te he mostrado
del mundo el ordenamiento,
pero nunca al poderoso
le guardes resentimiento.
 
Conoce tú; deja al resto
andar su propia jornada...
¡Total! A la humanidad
le gusta ser engañada.
 
*
 
No funjas de redentor
(no juegues ese papel),
no riñas al poderoso,
que todos quieren ser él...
 
*
 
No confrontes al Poder.
Tú eres brisa, y él: Eolo;
si, al soplar, acometiera...
¿cómo podrías tú solo?
 
*
 
Ser opresor u oprimido
iguálanse, con certeza,
pues esto en el ser humano
lo da su naturaleza.
 
*
 
Si pasas al oprimido
la fuerza del opresor,
tendrás un nuevo oprimido,
verás un nuevo opresor.
 
*
 
No te engañes. Ve sin ruido,
sin nublos, sin estridores:
resulta que el oprimido
admira a sus opresores,
 
circunstancia ésta atenuante
(al poderoso le aplica...;
no solo es una atenuante:
de hecho, lo justifica...
 
y él suple función social...
porque si el mundo precisa
de un orden para marchar,
al menos él organiza...
 
y el orden paz preconiza,
y paz es luz... ¡alegraos!,
que toda mente concisa
un orden prefiere al caos).
 
...Ahora, puesto y restado
todo el debe del haber,
tal vez te sientas tentado
a gritar: “¡Viva el Poder!”
 
¡Serénate, pues! ¡Apégate
al ruedo de estas lecciones!
¡Tú nunca arriesgues tu vida
en pro de revoluciones!
 
¿Razón? El mundo es inicuo,
¡gira en eterna pelea!,
y seguirá siendo inicuo
si la barca se voltea....
 
*
 
Tampoco serás soldado
e, igual, por recias razones...
¿por qué te harás tú soldado,
si hay miles de profesiones?
 
Matar y morir: ¡la honra!,
¡la gloria!, ¡y prez!, y lo otro...
¿Matarás tú, morirás
por el poder de los otros?
 
¡Ni por tu propio poder!
Matar no es hecho loable;
antes, conforma el matar
el acto más despreciable...
 
*
 
Como lección de lecciones,
se tomará esta lección:
¡tu vida fuera de juego
en toda negociación!
 
Opino, sí, como padre
—razón, amor, albedrío—:
todas las causas absurdas
no valen el hijo mío.
 
*
 
...Hijo, evita los extremos
(la extrema es postura errada);
mas, para creer en todo...
mejor no creer en nada.
 
*
 
En disyuntiva de males,
resígnate al mal menor...
y antes que muy liberal
mantente conservador.
 
*
 
No redimas tú, no enfrentes
al cierzo en el ventisquero,
porque todo redentor
carga su propio madero.
 
*
 
No prediques a los hombres,
no los convenzas de nada,
que te dicen: “Sí, sí, sí”,
y vuelven a sus andadas...
 
Tampoco escuches sus prédicas
cuando no puedas saber
si al instrumentar sus prédicas
sirven a Dios o al Poder.
 
*
 
Si hay algo que al hombre nombre
—plena de horror y sentido—
es esa antigua metáfora
de ser un ángel caído.
 
*
 
Sonríe cuando razones,
y vive por estos modos...
porque quien conoce al mundo,
muchacho, se ríe solo.
 
*
 
¡Caución! ¿A vender a crédito
por mil trescientos ducados?
¡Prefiere un pago contante
de mil trescientos centavos!
 
*
 
¿Conviene, el tomar a préstamo?
Quien osa, se garantiza
cavar, sin cavar, el dédalo,
la fosa en que se esclaviza.
 
*
 
El hecho de ser tocada
no obliga el abrir la puerta,
y no has de llamar “amigo”
a todo el que se te acerca.
 
El condado de Agenais
vio salir un corderillo
de socio con una hiena,
zancada, garra y colmillo.
 
“¡Amigo!” “¡Cófrade!” “¡Aliado!”
“¡Colega y socio estimado!”
...Charlaron, cantaron coplas,
y fuéronse a despoblado.
 
La hiena, a cuadro siguiente,
relamiéndose volvió.
—¿Qué ha sido del corderillo
—dijeron—, que no volvió?
 
Lo triste de esta parábola
le ordena al tino... ¡a que ejerza!
¡Y no has de andar por un páramo
con quien te exceda en la fuerza!
 
 
*
 
¿Palinuro cayó al agua?
¡Debes dudar, Palinuro,
si a cambio de algo presente
te ofrecen algo futuro!
 
*
 
Aunque te abrume el trabajo,
obstínate en la proeza
de hallar el tiempo, en el día,
de contemplar la Belleza.
 
Lo bello ha de contemplarse
siempre con esta certeza:
Es bello todo lo bello
que está en la Naturaleza.
 
Deja en el tallo la flor;
deja la rosa al rosal,
intocada, en el primor
que no has de ajar ni cortar.
 
Toma este credo por lema
(y en esto seremos dos):
el contemplar la Belleza
como trasunto de Dios;
 
belleza de las palabras,
del cielo, el agua, el amor
de almas, y las montañas,
el trino, el ave, la flor...
 
Admira todo lo bello
de cuanto el mundo te ofrezca.
¡No bello...  porque lo digan!
¿Bello? ¡porque te parezca!
 
*
 
No admires marchas triunfales
cuando despunte una rosa,
ni ensalces glorias mundanas
si vuela una mariposa...
 
*
 
El ignorar te hará sabio,
con el pasar de las horas:
todo el cortejo del mundo
es nada, cuando lo ignoras.
 
*
 
Cata según tu criterio
cuanto este mundo te ofrezca.
No es justo lo que te digan;
¿justo?: ¡lo que te parezca!
 
*
 
Imparte tú la justicia,
impártela, en lo que llega
esa justicia del hombre
fijada a calendas griegas...
 
*
 
Practica el bien. Ejercerlo
levanta la condición
del alma humana. Es el bien
nudo atributo de Dios.
 
*
 
Apiádate del vencido,
del duelo de sus heridas...
pero ¡notad!:
                             hay mendigos
con las cojeras fingidas.
 
*
 
Con la verdad, no pudores;
el desnudarla es honor;
tu verdad... cual la Verdad
de la inmanencia de Dios.
 
*
 
En todo cuanto te ocupes
inclínate a lo excelente,
y el reproche o el halago
lo aceptas del excelente.
 
Si la multitud ignara
posa un laurel en tu frente,
tú te pondrás a llorar...
¡muy desconsoladamente!
 
*
 
Palabras como saetas
lanzadas en monumento:
Para pensar claramente
precísase aislamiento.
 
Mas, si acaso te inquietare
la ausencia de compañía,
recuerda: La soledad
ofrece sabiduría.
 
*
 
En tu rodar por el mundo
—pises boscaje o sendero—,
hijo mío, te conduces
en grado de caballero.
 
...En vez de darme una gesta
de fuerza bruta y acción,
dispensa continuamente
miradas de compasión.
 
*
 
Lo sublime del amor
la compasión lo trasciende;
aquel es irracional;
ésta es amor que comprende.
 
*
 
Rígete por la equidad,
obvia la liza y la gresca,
¡y elévate!:
                        A cada quien
le entregas lo que merezca.
 
*
 
Ten tacto, buenas maneras
y un ser misericordioso:
¿ves desgracia verdadera?;
si puedes, sé generoso.
 
*
 
No se te olvide:
                                 Al juzgar
obligan las prelaciones;
lo que deberás juzgar
primero, son tus acciones...
 
*
 
Non draco sit mihi dux,
vade retro, maldad, ¡tirte!
¡Refrénate! ¿Obraste mal...?
¡Se impone el reconvenirte!
 
*
 
Hijo, guarda mis palabras;
sírvante de vademécum;
y sean, para tu andar,
una especie de digesto:
 
en él hallarás la guía
propicia en cada ocasión;
si acaso no te la diera...
aférrate a la oración.
 
*
 
¿Ves en el plano ese círculo?
En el espacio, es esfera.
No tiene “arriba” ni “abajo”.
Rezuma equidad, la esfera.
 
Tiene perímetro, radios,
diámetro, polos, segmentos,
cuerdas... y todos los puntos
equidistan de su Centro.
 
La esfera la hace pirámide
el hombre, ¡y comba su sino!:
al colocarse en la cúspide,
subvierte el orden divino...
 
y ejerce el Poder, el hombre,
¡suplanta a Dios!, y por eso
el mundo es como una cárcel
y todos erramos presos...
 
*
 
 
Toma este dicho terrero,
con él construye tu casa;
clava la espada en el suelo,
convéncete: «Todo pasa».
 
Pasó el poder de Augusto,
de Carlos V, de Ciro...
y a todo acto del hombre
le aguarda el mismo camino...
 
Ha de pasar el pesar
que al alma noble la enferma...
(vive... porque le consuela
soñar las cosas eternas,
 
libres de maldad, exentas
de mundo, de vocerío,
en la bondad divinal
bañadas como en un río...)
 
 
 
*
 
 
 
Yo soy tu padre, te cuido...
y cumplo con instruirte;
ahora.... ya has escuchado.
 
Hijito, ya puedes irte.
 
                  (Se abrazan los personajes. No sin cierta reticencia gestual, el hijo parte...)
 
 
(CAE EL TELÓN. SE ENCIENDEN NUEVAS Y MEJORES LUCES. SE ILUMINA ENTERAMENTE EL TEATRO. FIN DE LA OBRA).

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