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REVERBERACIONES

I
Me salvé por tus pechos del destierro
y para la multitud fui recobrado.
 
¿Quién me arrojaba témpanos de hielo?
 
Si algo queda, queda
lo ignorado.
 
II
¡Vuela, vuela! Te eleva el torbellino.
¡Siente, siente! Te empujan al tormento.
 
Sube un blanco jaguar cabal gestado.
 
Pasas tú, paso yo
y pasa el viento.
 
III
Mudez del infinito.
Noches inmisericordes de “moon and paradise”.
 
Ángeles tiernos de rodillas cimbreantes.
 
Flor de mayo:
lis. Candelabro. Danza.
 
IV
El índice se hunde en la boca del decoro.
 
Se abren puertos. Entras, sorprendida.
Algas marinas caen, caracolas
se apresuran y «saltan» por debajo del muro.
 
¿Que no llovieron estrellas en la costa?
¿Que no se vislumbró ningún embarcadero?
 
Sé dichosa: arrima tus altares,
empapa de azafrán
la turbamulta
y desvívete y vuela, alitendida.
 
 
V
Ya vendrán por sus pasos
los perdidos.
Si eres el aserrín, yo soy la casa;
bajo un cielo de sen, yo soy el templo:
siete puertas abiertas de reojo,
nueve mares salvados por un remo.

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