A Aída Bonelly
El tiempo niño
En el panorama poético de la literatura hispanoamericana contemporánea, pocas obras ostentan la coherencia conceptual, la densidad simbólica y la ambición estética que ofrece Poem...
Yo, que no tuve nada... un hombre… el mineral que abona los caminos, arrebol trastornado, sementado: escribo. Yo, que no tuve nada... ¡Oh alaba…
El magisterio intelectual de don Bruno Rosario Candelier sostiene su marcha edificante con la reciente publicación de la colección de ensayos titulada El lenguaje de la creación...
La Divinidad nos constituye y nos excede. Somos divinidad por defecto y en defecto. Somos, sí; pero somos meros fragmentos de la divinidad expandida; por tanto, por razón e intuición...
Tú recoges las huellas de mis voce… y las tornas canción de mediodía con pecado inmortal, con poesía... y adelantas tus sueños más veloces… Nada raro si truena en altavoces
Escalinatas térreas en tu monte (eres Venus) me transportan a un suelo
Cuida, Señor, al buen ladrón que aventura robar en nuestros pat… y su innombrable temor oculta con la sombra. Tantea el alimento
El suicida se alegra del vacío. —Ya cayó (lo dice el ojo del transeúnte). —Tú, ¿quién eres tú? ¿de dónde vienes?
Anteayer —hora undécima— al abrir los ojos vi cómo engordaba la gota.
El señor Juan Manuel Pérez Oso, vagabundo taimado y tranquilo, se complace en rondar por el parqu… y en dormir siete noches al hilo. Si trabajo le ponen delante,
Oscuro y reluciente, elige la noche su color elucubrant… Busca así las estrellas que pacen… Se anuda a las constelaciones: halos, aros resueltos en la luz,
Señor, no me reprendas en tu cóler… no me censures en tu furia; favoréceme, en cambio, que estoy d… heme aquí confundido, mi alma aver… Hasta cuándo, mi Dios, pregunto y…
Húmeda mañana. Juntos, triscando como cabritos, dirigiéronse al pozo común de los… En su mano cada quien apretaba una… (doble y redonda;
A mis súplicas fervientes presta o… y al suave musitar de mis plegaria… Escucha mis suspiros, mi clamor, y… ¡oh Rey mío y Señor mío, oh Dios!
Abrieron todas las puertas del cielo. La noche entró con ligero vuelo. ¡Mírate! ¡Mírate!