Luis Barreda Morán

La paz que elegí

La Paz que Elegí
 
No fuerces a quien no quiere hablar,
si el interés no nace, déjalo volar.
No claves tu alma en un corazón vacío,
quien te aprecia, te busca con brío.
 
No gastes palabras donde hay indiferencia,
ni ruegas amor donde solo hay ausencia.
Si alguien se aleja sin mirar atrás,
es que su camino no era tu verdad.
 
No cambias a quien no quiere avanzar,
cada quien elige cómo caminar.
Pierde lo que quiera, su suerte está echada,
la vida es maestra, lección aprendida.
 
No insistas en mensajes que nunca llegarán,
ni en llamadas que el tiempo borrará.
El amor que nace sin forzar su luz,
es el que perdura, sincero y en paz.
 
Si te quiere, no te suelta la mano,
aunque el mundo entero le cierre el paso.
No importan las grietas, el frío o el dolor,
quien ama de verdad no huye del valor.
 
Ya no guardo migajas de cariño fingido,
ni acepto silencios donde hubo ruido.
Maduró mi alma, prefiero soledad
que un amor que duele y roba la paz.
 
No me impresiona el brillo de una sonrisa vacía,
busco almas serenas que en mi confíen.
Compromiso firme, palabras honestas,
sueños compartidos, metas sinceras.
 
Quiero un abrazo que calme la tormenta,
una mano que escuche cuando el alma revienta.
Risas que duren más que un instante,
momentos que sanen, no que se apaguen
en adelante.
 
Si no suma paz, lo dejo ir sin mirar,
no soy campo de guerra, prefiero sembrar
jardines de calma, raíces de amor,
donde el tiempo se abrace sin temor.
 
Si siento que sobro, me alejo en silencio,
no clavo banderas donde hay desprecio.
Valoro mi esencia, mi espacio, mi ser,
solo acepto lo que nace del querer...
 
Así soy ahora: elijo con calma,
huerto de afectos, no mina de lágrimas.
Si no nace libre, no es para mí,
mi alma ya baila en la paz que elegí.
 
—Luís Barreda/LAB

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