Abúrrete de mi
Cuando el olvido es sinónimo de renacimiento
No te acostumbres a mí,
yo no lo hago ni siquiera conmigo mismo.
Si te quieres perder en el sinsentido
de no ser correspondida, ese es tu problema.
Pero advierto que no es mi interés que así sea.
No soy gracioso, pero río.
No soy amable, pero abrazo.
No soy comprensivo, pero escucho.
Y cuando no río, no abrazo y no escucho,
también soy.
No esperes nada de ti, para que no te descepciones ni te culpes.
No esperes nada de mí, para no atarte ni buscar atarme, desatarse duele más que atarse.
No esperes nada del mundo, porque el no sabe que existes, solo sabe que muchos como tu lo habitan. El no tendrá cuidado de no aplastarte, pero si lo aplastas, posiblemente, te salgas con la tuya, posiblemente no, el no sabes que existes.
Si desatiendes la dirección de la relación a la permanencia,
mientras dure, será inmortal, porque habremos sido en libertad.
Por eso, abúrrete de mí, déjame, renuncia a la quietud,
renuncia a quedarte inmóvil.
Posiblemente, siendo honesta, siendo honesto, podremos, permanecer sin ataduras, sin culpas, sin remordimientos, sin hubiera, y quizás, sin importar que así sea, se lleguemos juntos a la muerte, o depronto, la muerte nos sorprenda y decida separarnos con la ilusión de haber vivido juntos.
