#EscritoresArgentinos
¿Sabías que volvía? ¿Me esperabas? Sangrante y taciturno después de mil fracasos casi sin esperanzas
Dejo de ser. Abrazo de un salto el halo frágil de una voz y entrego a cualquier palabra
Te vi pasar como pasan los astros Tu mirada tu boca eran de otro. Tu simpleza no tenía límites
Verdad hiriente la verdad de unos labios enamorados. Allí donde la noche desanima a los pequeños pobres taciturnos
Días para recordar todo lo que no se pudo. Esos días que los muertos vienen en tropel a preguntar
Hoy como nunca amé mi cuerpo en soledad. Hoy como ayer fui el amante infernal. Hoy no llegué muy lejos.
Cuando fue necesario crecer y disciplinarse crecí y me puse la nostalgia en la mirada. La disciplina viene sola.
Hubo días y noches que no encontraba consuelo y los versos se agolpaban como caballos furiosos en mis manos
En la noche cuando nos encontrábamos la plenitud de la oscuridad hacía de nosotros infinitos corceles enamorados.
Es un verso que de habérmelo propuesto lo hubiera escrito yo. Mi voz la palabra publicada tiene mi voz.
Hay un decreto ley, del 26 de agosto, donde se me promulga para toda España ciudadano español
Recuerdo tu vientre de pantera destrozado. Mis dientes. Tus garras
Dame tu pan y mi alegría era ser tu pan. Dame tu leche y mi alegría era darte mi leche. Dame tu carne y mi alegría
Soy un hombre buscando su identidad perdida. Ambiciono con violenta pasión aquellas tardes cuando caminando por la calle
Nos anunciaron que después de la muerte llegarán para. habitar nuestra propia casa los monstruos.