Misión (im)posible
Cuesta encontrar a alguien
que me escuche
cuando no quiero hablar,
que me mire
cuando no puedo ver.
Cuesta encontrar a alguien
capaz de estar conmigo
cuando yo no esté,
capaz de darme vida
y no muerte
cuando esté muerta
en vida.
Cuesta encontrar a alguien
que conozca
lo que no tengo
y que sepa
que es lo que tengo
para ofrecer
sin que lo ofrezca.
Cuesta encontrar a alguien
capaz de ver en mí
lo que no veo en nadie,
alguien en quien yo encuentre
la luz para mis tinieblas.
Cuesta encontrar a alguien
que me presuma
por lo que soy
y no por como soy,
porque el dolor
no distingue de rostros
y el amor
tampoco los busca.
Cuesta encontrar a alguien
que dedique a nuestra historia
el tiempo que no tenga
sin descuidar la vida,
sin perder el rumbo
de su existencia.
Cuesta encontrar a alguien
que me dejé estar a su lado
para ayudarle a ponerse en pie
cuando los demás no han notado
que ha caído
y que, si no puedo,
me deje hacerle compañía
en el suelo
mirando el cielo,
contando estrellas
y no problemas,
buscando formas en las nubes
para hallarle solución
a las crisis de la vida.
Cuesta encontrar a alguien
que no vea sus ojos
en otros ojos,
que no me busque
solamente cuando esté feliz
sino también
cuando su mundo
esté cayendo a pedazos.
Cuesta encontrar a alguien
capaz de amar sin medida
y que vea en la confianza
la salida a los conflictos.
Cuesta encontrar a alguien
que discuta
sin dejar de respetarme
pero lo que más cuesta
es encontrar a alguien
que sea capaz de amarme
como yo te amaba a ti,
pero lo puedo lograr.
Preferido o celebrado por...
