Madre, vísteme a la usanza de las tierras marineras: El pantalón de campana, la blusa azul ultramar y la cinta milagrera.

Leñador, no tales el pino, que un hogar hay dormido en su copa.

PRÓLOGO No habían cumplido años ni la rosa… Todo, anterior al balido y al llan… Cuando la luz ignoraba todavía si el mar nacería niño o niña.

«Yo me siento muy andaluz, pero no de esa manera localista (...): un andaluz un poco de circunstancias, un andaluz un poco gracioso. Eso no me entusiasma, porque los andaluces de la gen...

Aun verdes, imagino que algún día de algún año pasado, un curso ido, sobre un mapa en el tiempo desvaíd… estudiábamos juntos geografía. Como los papagayos colegiales,

l Pensad en aquella hora: cuando se rebelaron contra un rey… los ojos invisibles de las alcobas… Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!

¿Qué tienes, dime, Musa de mis cu… —Nostalgias de la tierra, de la ma…

A través de los siglos, por la nada del mundo, yo, sin sueño, buscándote. Tras de mí, imperceptible, sin rozarme los hombros,

A un niño, a un solo niño que iba… para ángel indiferente de una esca… Mirad. Conteneos la sangre, los o… A sus pies, él mismo, sin vida. No aliento de farol moribundo,

No hagas caso, Altair, de las murmuradoras, ciegas conste… calumniosas estrellas solitarias, los errantes cometas o las indefinidas oscuras nebulosa…

Viento contra viento. Yo, torre de mando, en medio. Remolinos de ciudades bajan los desfiladeros. Ciudades del viento sur,

La dulzura, el estupro, la risa, la violencia, la sonrisa, la sangre, el cadalso, la feria. Hay un diablo demente persiguiendo

«Pálida Sajonia fina, labrada de filigrana. Hoy cubre la nieve alpina tus bosques de porcelana. ¡Qué pulimento acabado!

Es más, estáis de acuerdo con los asesinos… con los jueces, con los legajos turbios de los min… con esa bala que de pronto puede h…