Almartender

Fé (memoria de un sitio llamado La Paz)

Susurros a Xommer...

31 05 31  
 
 
 
Tu nombre significa ser sabia, libre y valiente,
bella dueña de cada día emergido del sol naciente,
y a tu casa se llega mejor por la estrecha calle
que tras cruzar aquellas banderas, serena yace.
 
La plaza enorme y ruidosa en sábado que hay a un lado
debería contar alguna dicha, alegría, milagro ó algo
que vivimos alegres antes de lo que no pudimos,
pero mañana habrá un hogar que media vida construímos.
 
Supongo que el mundo nos mira receloso y extraño
cuando amamos como princesas y príncipes sin palacio,
traban sancadillas y hasta la lluvia cae recia y con envidia
pero nada evitó visitarte aquel día, ni ella ni mi rodilla,
 
que sabes me dolía pero no tanto como verte
en ese sitio dónde te meten cuando no comprenden
que envían males para que vivir te haga dolerte,
allí se habla con nadie y álguien llora mientras duerme.
 
Allí donde siembran rosas entre muchas almas marchitas,
allí donde a las almas se les droga para callar sus risas.
Allí te encontré como la única luz entre todos los tres pasillos
que conducen al ala este, la de los ladrillos más fríos.
 
Recuerda que para estar contigo y junto a tí allí reviví,
por favor recuerda que allí con y junto a tí te ví sonreír.
 
Allí también rogué para que te sacaran pronto de ahí,
y a tu papá y a tu mamá, lágrimas y pucheros les conocí,
y si ni ellos ni en tu casa ya recuerdan esos viejos días
en que mi hermitaño y maltrecho cuerpo sin razón aparecía,
 
recuerda que sólo tu amor justifica a mi ser cuando se asoma,
hoy callado porque nadie quiso oír que desde entonces te amé,
y crecen mis almas sobre las espinas de las rosas de los ayeres
porque a todo el que se sacrifica le vá la vida al revés
 
mientras compensa el vacío en la balanza de la vida,
y tomar el lugar de a quien se le lastimaría... tú, mi Vida.
 
Amada, por favor no se te olvide la promesa
que te hice de liberarte de toda esa pena
y sacarte del más profundo abismo del dolor,
vistiéndome alas en la espalda para ayudarte con tu cruz
sacrificando los bailes que soñé contigo en el salón,
cambiándolos por estas dos primaveras solo y sin tí amor.
 
Hoy me visto de blanco como en tu soleada fecha
y camino hacia el parque como niño en la tarde,
allí espero por el día en que resucitaremos el abrazo y el beso
que nuestra fé y amor puro en el otro selló.
 
Amor, sé que te cuidas y luchas por tus ideales,
crecerán, no como los lirios púrpuras que planté
frente a tu ventana y que álguien arrancó,
y es que confundieron a la maleza con mi amor.
 
Amor, volveré en una de entre tantas tardes
para escucharte y así ya no tanto recordarte:
Corazón, como a tí a nadie más entiendo,
como tú nadie me ha enseñado amor,
creo en tí,  nuestra historia es la fé, es la dilección.

(2014)

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