Chargement...

Un poeta ha partido hacia las fuentes amarillas

Era el más joven, y ya ha partido.
Mensajero del iris en la región de atmósfera de barro en
donde desfallecen sin el vuelo las alas.
Las praderas de sombras, el país de los blancos bambúes,
las Fuentes Amarillas,
para sus ojos nítidos ya no tienen misterios.
Hoy junto al kiosko la soledad mis pasos acompaña.
Ya ni su risa, ni su canto infantil, ni su palabra trémula
enflorecida de musicales ecos.
Ante el cercano invierno sólo el otoño pálido, volando en
mi camino conchas amarillentas.
No era el trigal del viento, ni los terrestres ríos, ni la
misma ciudad, ni las creencias,
lo que en el ancho océano armoniosos trenzaban nuestras
almas hermanas.
Era la luz, la atmósfera impalpable, la clara tierra astral de
un universo inexistente.
Apenas si en el breve segundo de la vida pudieron
estrecharse nuestras manos;
pero él se ha ido, amarillo entre rosas, en su brumosa barca
de alas insondables;
y hoy se abre ante mis ojos un mar de sombras de tan
inmensa soledad,
que a su sola presencia mi corazón naufraga.
Se alejó con su voz de aguas de estrellas, de luz de música
y presencias irreales;
y la raíz de su voz, su espíritu, nacido en los celajes que
alimentan los sueños.
1Hoy toco su presencia en la noche infinita de latidos que
entre mis dedos dejan amargura de ausencia.
La helada que comienza mi sendero a emblanquecer ya no
es aquella que viera retornar las primaveras.
Todo ha empezado a enmudecer para el blanco silencio:
las flautas, las danzas, las manos, las canciones; recogidas
en sus ecos, las caracolas líricas...
¡qué solo miro en torno amarillear los últimos rosales!
Y uno ha partido, sobre mar espumosa de misterios, uno ha
partido!
Ha partido ya aquél con quien en el invierno, yo hubiera
querido calladamente dialogar, sin pronunciar palabras.
Autres oeuvres par Regino Pedroso y Aldama...



Top