Es nuestro deber elegir un camino diferente al de nuestros antepasados, tomar una decisión distinta, elegir nuestro propio camino, y romper las cadenas de la costumbre y los temores de las creencias que ataron a nuestros padres.
Está en nosotros encontrar el valor para dar ese paso en la oscuridad y seguir esa voz interna más allá de los límites de las creencias, hacia confines totalmente nuevos y desconocidos, que hasta entonces parecían impensables, inimaginables, y que aguardan por nosotros para ser explorados en la tierra de la de las infinitas posibilidades de el Ser, de su divina e inagotable libertad de creación.