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Me encanta como llevas el sol puesto

No fue  hasta que
ví tu piel por vez primera,
En un radiante día de invierno
mirada de cerca,
verdaderamente por primera vez
bajo la luz del mediodia,
que comprendí entonces
la  infinita virtud del sol.
 
No fue hasta que
 ví sus dorados rayos
Juguetones,  llenos de alegría
Rebotar en tu rostro,
Estallar regocijados
En la gracia de tu risa
que sentí  como si el sol
me tocará por vez primera
Cómo si el calor de su luz
me alcanzara hasta el alma.
 
Y dije Ah! Es esta la energía
que fecunda de vida a la tierra.
Es esta la llama que enciende
la aurora de las mañanas
Es este el oro
que baña los campos de trigo
Con los que sueña el poeta
 
 
Que  manera de inundar de miel
tus dulcisimos ojos
Que manera de  teñir tu piel  de bronce
De encenderte las mejillas  y los labios con el ardiente color rojo
de la granada madura.
 
Que milagro cuando  calienta tu cuerpo
como una piedra de fuego
Cuando te vuelves horno y hoguera
Y cerca de ti, siento  mi cuerpo
Perderse en el tuyo,
Fundirse lenta y dulcemente
En un glorioso e inagotable éxtasis
 
 
¡Ah! Que maravilla es el sol, ¡Amor!
cuando en ti se  refleja
En los años de mi vida jamás  ví
mujer ni ser divino alguno
Que llevara al sol con esa gracia
con que tú lo llevas puesto,
Y de que forma a través de ti,
mi bellisima maga
Me ilumina y regocija
hasta lo más profundo del alma
en las inacabables y deliciosas horas
de mis dichosos días junto a ti.
Preferido o celebrado por...
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