De «Un (casi) poema (malo) al día»
Todo verso nace porque sí. De sí.
—¿Quién es usted? —Eso debería saberlo usted.
Uno de los dragones me chamusca la… el otro, simétrico, sabe quién est… llega hasta sus aposentos y se arr… Un dragón, huraño, me renunció mal… impiedoso en la lucha con los caba…
Oigo a los pájaros cantar, dejo de escribir el poema…
Cuando el poeta se queda solo la tierra tiembla. Tiemblan juntos… No se sabe si por lo mismo o por todo lo contrario.
de mí cuelga una gota
Somos tan pequeños que ni sabemos… Somos tan pequeños que la mayoría… desconoce nuestra existencia, nues… Y somos tan pequeños que si desapa… casi nada en el universo lo llegar…
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
Me da lástima tu sangre cuando cor… sin ritmo ni prosa hacia cualquier… Me doy golpes de pecho por no pone… vieja y desportillada para que no… La otra noche tu muerte me importo…
Nadie sabe para quién trabaja si su trabajo es escribir.
Aunque sean molinos son gigantes,… Sé de lo que me habla siempre que…
despierto de un sueño extraño dentro de mi otro yo sembré a otro yo
—¿Qué haces? —Intento arreglar algo que rompí —¿Juntaste los pedazos? —No. —Entonces aún no necesita arreglo.
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
no me tiren tanta pregunta