poema sin fin
la vida se escribe sin reglas, naturalmente, sin esfuerzo, es injusta para todos los presuntos valientes que imaginan hospedarse en ella. quizá sea tan indescifrable entrelazamiento de causalidades quién nos encauza por sus ríos que no llevan a ninguna parte, aunque insistamos en que sí, todos ellos se mezclan, se revuelven e indefinidamente se vaporizan para retornar a la fuente, si es que realmente sea posible hablar de la ubicación del origen en un punto exacto, y no en su interminable recorrido.
