Los relojes reclaman el césped de la mañana ebrio de rocío, sí; pero con aroma a estiércol en las entrañas.
Un latir de ojos nostálgicos es un diluvio con máscara, un rescate de sílabas entre las llanuras del rostro. Un baño de luz difusa,
Una porción de cielo se descosió con tus lágrimas, al sujetarla con tus manos la otredad de una desnudez disenti… sembró dudas con su brusca proximi…
Todos tenemos nuestro otro yo, ese que dejamos fluir cuando nadie nos ve o simplemente con esa persona especial. Muchos temen mostrarlo por temor, por orgullo o por instinto de superviv...
A veces nado perdida entre imágenes, sin conciencia y a destiempo Luego me disuelvo
Toda la dicha cabe en un suspiro de tiempo, en un balbuceo de fiebre amarilla con la piel ennegrecida y el andar de las botas de sol
Tu mirada era una llama septentrio… alzándose en el esplendor de la no… siempre con la temida oscuridad de aquella tristeza, de saber que hay piezas que se dispersan
El agua ofrece la espalda y concede un rosal. Oh! Pétalos de naipes, árboles sin nombre que en un día
Sentada bajo la sombra de un roble Admiro mi bosque dormido en el ti… Raudas en entretejer una alfombra… Las hojas se despiden de los insta… Adelfas azucenas presas del deliri…
El jardín de los helechos crecía sin miedo; habían cometas, libros y seres de otros mundos y la alegría me daba su mano
El insomnio incita y el tapiz de las formas se filtra sin pausa. Las palabras, carbones en el día,
Tus manos palpan las raíces de mi… y así acarician mi corazón, susurras melodías astrales en mi o… y el amor se hace plenitud. Las ramas de mi silueta vibran
Que cada cual sobreviva como mejor sepa, cuando en las noches las estrellas y la piel no se entrelacen las manos,
Allí donde nuestros pies No tocan el suelo Donde nuestras manos Alcanzan las nubes Los deseos transpiran
El cuerpo erguido en la tierra sintoniza voces contenidas en las fibras del espíritu y asciende hasta el núcleo de la creación universal.