Loading...

Desde el oprobio

A la señorita Ocípete Cascuijo Ramos,
en vísperas de su cumpleaños.
 
 
Rasgo mis vestiduras mientras me revuelco
en el huerto seco de mi ignominia.
 
¡Y no es, por favor, la pleurodinia!
 
No es ella, digo, la que me tiene postrado
bajo la lluvia, sino tus vicios y tu mugre, señorita hija de
los Cascuijo Ramos, tan decentes ellos, si supieran
que a la niña le gusta el placer inmundo
y los fangos.
 
¡Bazofia! ¡Subirte las enaguas ad libitum!
¡Descarada!
 
Ay, tiempos idos, ¿dónde quedaron?
¡Volved, oh pasado apacible!
 
Entonces, en aquellos días decentes,
golpearte no hubiera sido delito
sino apenas leve falta administrativa.
 
Hoy, snif, no puedo explicarte a patadas tu pecado.
 
Sin merecer una sola gota de agua,
te fraguaron derechos,
protección,
dignidad,
humanidad,
alma,
respeto…
 
¡Pero nadie supo darte vergüenza
ni quitarte lo casquivana!
 
Por eso vengo a tu ventana…
 
Al menos, me han dado permiso (plasmado en este documento
con sello y toda la cosa,
firmado por el licenciado Abalabide, muy amable el señor)
de colocarme en la acera,
para dirigir mi voz a tu balcón y gritar bajo la lluvia
y entre mis lágrimas:
¡Vas y chingas a tu madre, puta!
(Te lo digo de corazón.)

Liked or faved by...
Other works by Agustín Aguilar Tagle...



Top