Es acaso posible Convivir con este impulso reprimid… Con estas ganas apagadas a la fuerza Se puede acaso dejar de desear
Lluvia, autos, ruido Ómnibus que van y vienen Jueves en Montevideo Café, música, suspiros Las horas pasan
Duele tu ausencia, Mi soledad escondida En el deseo de tu piel Duele saberte lejos, Entre otros brazos,
Me desbordo Soy una copa De vino rebalsada De vino rojo y espeso Me desbordo
qué incómodo el sonido perpetuo de los grillos lamentándose en la noche eterna y calurosa de un diciembre cualquiera
Te veré partir Sin verte llegar Te veré partir Con el futuro sonriendo Y yo acá, quedándome
Un paso más y el abismo Una caída eterna al despertar de mis sentidos
Escucho el río Ese río que parece mar El ruido de las olas Que llega desde el Sur Escucho los autos
Te pienso Estás alejado Absorto en otras personas en otros mundos
te veo tu aire solemne tus ojos fijos en otro mundo en el tuyo
Lo puedo tocar al cuerpo diáfano de las horas irrecuperables y de los momentos por siempre en el ayer encallados
Noche de sábado Bullicios afuera Una música lejana que suena y suena y no para
Llamame Ya no me importa ser esa ilusa que se sienta a esperarte
Me pregunto Si en algún mundo alterno El espacio y el tiempo Fueron benignos Si sentí tus labios
Tengo puesto ese vestido El de esa noche Inefable de verano Tengo puesto ese vestido Te acordás