El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Mientras tanto, la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
¿Sin ganas de vivir? Vive sin ganas. Las ganas de vivir se ganan viviendo.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.