¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.