La espera
Siempre esperando...
Esperar, con frecuencia, lleva a la frustración y no hace más que alimentar el vacío interior que nos separa de la felicidad y más importante aún, de la quietud, de La Paz.
A menudo, pensamos que al alcanzar diferentes objetivos seremos más felices.
Esperamos que las personas se comporten de una manera determinada.
Generamos expectativas de todo y de todos, y eso sólo conduce al juicio y a la decepción y otra vez al vacío, que intentamos llenar a cualquier precio. Y no, no vale cualquier Precio, sobre todo, porque no sirve de nada.
Hay que mirar bien profundo, aquietar la mente y el corazón y llegar al estado del Ser. Encontrar el dolor.
Duele, sí, pero sólo un tiempo, luego, cada vez menos.
Y sanar.
27/11/2018
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