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Emisiones nocturnas

Lo contenido pugnó, pugnó toda la noche,
pegó con su cabeza tercamente
hasta cuartear el vidrio.
 
Metió sus muslos en muslos de otros,
abrazó la cascada.
 
Se oyó el chisporroteo de un pimiento al asarse,
la explosión de la sal en el vientre del sapo.
 
Al despertar la ropa estaba húmeda.
Volvía, pero de dónde.
 
Emisiones nocturnas las llaman los libros.
Como si se tratara de programas de radio,
de una voz presa durante la noche
hablando para nadie
desde alguna estación muy lejana.
Otras obras de Antonio José Ponte...



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