Aseveraciones
Poemilla del final de los tiempos
Mis ciudades vinculantes son San Sebastián y Zaragoza.
Quiero casarme y tener hijos.
Me gustan las aceitunas.
Los chochos me vuelven loco.
La vinculación no expresa necesaria amabilidad. Ya me encuentro mayor para esto.
Como me pueden gustar millones de cosas.
Aquí no hay que apostillar nada.
Son sodomíticas y no cesan de romper mi desgraciado culo.
Lo peor es la inexistencia de un proyecto de futuro. Además hay aceitunas y aceitunas.
Quizá decir que entre todos quisiera entregarme a uno en particular.
San Sebastián es cruel y Zaragoza imprecisa.
Y es frustrante saber muerta la ilusión.
El tacto de la piedra pómez y el imaginado aroma en las axilas de las nubes me gustan también. Uno que es pero me huye y se esconde y se disfraza y resulta al final que lo desconozco, y entonces impreciso y jodido me multiplico, y anido mis cosas diferentes de mis distintos destinos, y entre todos le escribimos una misiva a San Nicolás para pedir que transmita a Donald la necesidad de apretar el botón.
