Cargando...

Derrame

La lluvia cae
y hace resonar el tejado;
Mas tarde, cuando esté despejado
y la noche en el barrio se instaure,
llegaré con mi beso, a besarte.
Llegaré en deshoras,
llegaré con este semblante de ahora,
sonreiré y estarás taciturna,
sonrisa por tanta ternura.
¿Será que el alma me enamoras?
 
Te amaré, de todos modos,
en el mas noble silencio amado,
oiré lo que tendrás que decir del pasado
y seguramente sentiré un dolo
y una lágrima caerá de mi rostro;
Pero, no obstante, seguiré oyendo
¡Vida, que te destruyes viviendo!
¡La vida de este ser tan oportuno!
¡Vida, he venido de quien sabe que parte del mundo!
a tomar tu mano y continuar oyendo.
 
Yo solo subo a los colectivos,
me sumerjo, atroz,
al néctar veloz
de poseer cada vez mas libros;
Le voy perdiendo a las cosas el sentido...
Robo, y soy robado vilmente
tarde, por siluetas que simulan ser gentes.
Maldigo y me desgano,
en un despilfarro amo ciegamente al tango,
y no cambié, solo me siento distinto.
 
Voy comprendiendo el valor
de cosas propias y ajenas, e inexploradas,
del amor que, como esta tarde nublada,
presencia siempre la salida plena del sol,
para desinflarle a uno el corazón.
Alma, amada mía,
si puedes leerlo (ojalá sea algún día)
aprende como yo a cuidar a una flor,
y a su tallo, y a sus raíces,
no dudes, tediosa, del amor,
aprende a confiar en el desinterés de la compañía.

Otras obras de El Nómada...



Top