Laberintos de pasión
que navegan raudos como ríos,
tus ojos casi míos
envolvieron mi ilusión.
Tus ojos,
fondo mágico y profundo,
mil veces me pierdo,
mil veces me hundo.
Esplendorosos como el trigo dorado,
ya no puedo salir,
¡ya he pecado!.
Mirada encantadora,
se incrusta, me perfora,
te miro
y en la inmensidad quiero alcanzarte,
besar tus ojos
y en mi corazón guardarte.