Ahora que borré tu olor de mi almohada
y construí muros para defenderme
entonces regresas con el alma desdichada
a embatir mi corazón inerme.
Vienes con tu perfecto encanto
a derrumbar mi pequeña fortaleza,
como si no fuera suficiente el quebranto
que me dejó tu egoísta naturaleza.
Ahora que mis lagrimas secaron
queda en mi un dolor dulce e inerte,
quedan mis besos que ansiosos te esperaron
pero desfallecidos se cansaron de no verte.
Traes a mí tu pincel de indecisiones,
tu nada concreto, tu todo incierto,
tus dudas y tu falta de emociones
que tornan todo en desconcierto.
Ahora que tengo un jardín lleno de flores
y no mendigo mas por tu pasión,
justamente vistes con todos tus temores
intentando hundirme en confusión.
A veces creo que quieres regresar,
otras creo que me quieres agobiar,
otras creo que ni sabes que pensar,
pero la realidad es que no te puedo olvidar.