Vigilantes en la cúspide de la ignorancia, luchando ciegamente por una estabilidad moral que no les corresponde ni a ellos ni a nosotros, los hijos de las generaciones enclaustradas en un frágil cristal, que amerita una destrucción necesaria para concientizar la naturaleza verdadera de los humanos.
Muy arraigados, decadentes, tristes, olvidados, aburridos, chistosos, simplones, muertos.
Deconstruir para construir no es más que una excusa de closet que tiene y sirve como mecanismo un propósito fundamental en lo indigno y lo furioso.
Humanos que se construyen y se destruyen a sí mismos, vertiendo un proceso moral para justificar esa naturaleza que no nos compete.
UN LLAMADO A LA LOCURA.
Civilización es lo que tanto se aspira y civilización es lo que se finge.
El teatro, el teatro de lo mundano y lo feo. Una especie de holocausto romano donde prevalece la mentira y se esconde lo FRÁGIL. La verdadera fragilidad.
La levedad del ser no es más que una mierda.
Mejor vivir olvidado y encerrado en un antro de mala suerte a morir solo y recordado por generaciones interesadas en alimentar una verdad a medias:
“LARGA VIDA A LA DECONSTRUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO.
HONRAMOS A LA DIOSA MUERTE CON NUESTRO RESPECTIVO SACRIFICIO SOCIAL PARA PREVALECER NUESTRA CAUSA NOBLE  POR AMOR PURO A LA  DIGNIDAD”.

mueranse.
Mueranse 5 veces, y luego 10 veces.
Yo sí los recordaré. Lo prometo.
Lo prometo desde mi propio infierno.