FRÁGIL Y DELICADA
Es tan frágil, y tan delicada, que no solo necesita de protección, también mucha atención, necesita ser escuchada y a veces escuchar palabras de aliento para darse cuenta de que puede con todo.
Cada que la veo, es como mirar el proceso de una transformación. Todos pasamos por esas etapas;
Desconocernos, dudar de nosotros, caer casi en la rendición, y finalmente levantarnos para enfrentar con más fuerza los problemas y complicaciones.
En ocasiones siento que aún vive en su mundo de fantasía, y que poco a poco se va dando cuenta de lo dura que puede golpear la realidad a veces, veo en sus ojos la decepción de darse cuenta que las cosas no son como ella pensaba.
Puedo notar y percibir la perdición en sus sentidos novatos e inocentes, como si ella misma se dijera que no puede, he pasado por eso, lo he mirado, lo he vivido, y sé como terminará.
Yo no puedo hacer nada por ella, tal vez solo indicarle el camino o instruirla de alguna forma u otra, y aunque nosotros decidimos como nos afectan las cosas, siento que a ella la golpearán muy duro, no negaré que me preocupa y que sé que cada quien es guía de su propio camino, y aunque no puedo llevarla por el mismo que tome, puedo mostrarle los errores cometidos.
El crecimiento de la inocencia a la madurez no es un camino fácil, duele, confunde y es complicado, pero estoy seguro que ella lo hará de maravilla, aunque me sigue pesando ver su rostro hundido en la confusión y la ironía, sé que cuando la vuelva a mirar, veré confianza en sus ojos, decisión en su rostro y determinación en sus expresiones.
Mientras conoce y sigue tu camino.
—Jair Tamayo
