El problema es que siempre me creo expectativas, siempre trato de dar lo mejor de mí para que las cosas salgan bien, siempre trato de complacerte hasta en lo más mínimo y esforzarme el doble para que me notes, pero sabes.... No tiene caso.
Serán diferentes versiones, historias completamente distintas, caminos aleatorios, pero siempre... Siempre, tendrán el mismo final, y en todos esos desenlaces, yo pierdo.
No tiene caso, pues solo voltearás a verme cuando sea necesario o cuando me presente, sonreirás, agradecerás, para luego darme la espalda y poner atención a lo que realmente te importa.
No tiene caso, porque todos a mi al rededor, incluyéndome, sabemos como terminarán las cosas, y a pesar de todo sigo escalando colinas y montañas que ya conozco o que ya he subido, para llevarme la misma desilusión.
No tiene caso, porque por más que haga, me esfuerce o busque, sí encuentro, pero lo encontrado no es lo que realmente quería o buscaba.
No tiene caso, porque como lo supuse, fui el premio de consolación, el plato de segunda mesa o la medalla de plata, como tú quieras disfrazarlo.
Me he sentido tomado cuenta, amado, respetado o incluso soñado y extrañado, pero no tiene caso... Porque solo fueron palabras de consolación.
No tiene caso, pues mi derrota ya está prevista, solo es cuestión de que la gente mire y disfrute de como fallo.
—Jair Tamayo