CALLADO
Así callado, calladito
como el gusano rojo de tú pinta de labios
que relame tu piel acerada
y engulle la miel de tus comisuras.
Como la guadaña que devasta
la paja verde del campo de maíz
y libera de la sombra a la raíz
para que se nutra de aminoácidos.
Siempre será más difícil seguir
el camino serpenteante del riachuelo
que rebelde golpea la piedra
y dobla como corcel enloquecido
su cuerpo de agua embravecido.
Quién adivinaría el vino de tus ojos
espumoso y embriagante
cuando aún no eras una estrella rutilante
y dejabas que mis manos se acercaran a tus cerrojos.
Hoy dejaría a mis sueños caminar descalzos
para que trepen por tus aposentos
y desvelar el misterio de tus cabellos negros
que en ensoñación se cuelgan en mis adentros.
Hoy me colgaría al columpio
de tus pestañas para iniciar un vuelo imaginario
por el océano de tus lágrimas e impío
dormirme para soñarte en mi delirio.
Se que las palmas de tus manos
las cerraste para mí y que los panes de tus genes
que salieron del horno de tu corazón diáfanos
preferiste subastarlos entre todos tus bienes.
Viajé hasta lo profundo del oscuro arcoíris
para encontrarme con el color del pacto
allí estabas petrificada como estatua de salterios
había sido el último gesto de la lujuria de tu acto.
Nos alcanzó el fuego de un mundo psicodélico
los terraplenes de los sentimientos encontrados
fueron el peor ensayo de un lavado psicológico
buscando la cripta donde se refugian los enamorados.
Ahora solo bésame y deja que beba tú veneno
Déjame abrazar tu silueta difusa que baila con el viento
Deja que nos llegue la melodía de este barrio porteño
que nos ha visto vivir y morir en su portento.
