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TRAS LAS REJAS DEL MORBO

Han matado mis sueños de mujer
odio mi sexo y el sexo que me penetra y lacera la vulva.
Odio el olor a almizcle que sale del falo.
Mis entrañas tiemblan solo al pensar en la monstruosidad
que se han convertidos los hombres por el mítico placer.

“Me están violando”. Que mas puedo decir
con la boca tapada y los calzones abajo.
No es de ahora, es de todos los tiempos,
de todos los malditos minutos de cada hora
de cada día, de cada año.
 
Me violan incluso cuando no estoy,
sueñan con violarme; me hacen presa de su misoginia,
de su timidez hacer hombres y enamorarme
para que pueda bajar sus braguetas y me acueste con ellos.
 
Ellos saben que no soy de fierro
que siento dolor, que me lastiman
que sangro, que derramo lagrimas,
que no puedo corresponderles
pero sin embargo me usan como si fuera desechable.
 
En las calles grito mi dolor, enseño mis heridas
narró mis espasmos y repugnancias
mas solamente me escucha la calle vacía
como si no existiera nadie que se compadeciera.
 
He pegado miles de carteles pidiendo que paren
que ni una mas de nosotras vuelvan agredirla.
Ellos celebrarán mi día, el día de la MUJER
con mas violaciones como para ratificar su machismo.
 
Han matado mis sueños de mujer
odio mi sexo y el sexo que me penetra y lacera la vulva.
Odio el olor a almizcle que sale del falo.
Mis entrañas tiemblan solo al pensar en la monstruosidad
que se han convertidos los hombres por el mítico placer.
 
En esta hora y en este momento declaro
solemnemente que me despojó de mi armadura de mujer
y seré la fiera que los hombres han buscado en mi
ha muerto por violación la muñeca de tul.
 
Soy la innúmera cifra descabellada que suma miles
de mujeres violadas por novios, padres, hermanos,
transeúntes. Todos se creen con el derecho
de participar del plato fuerte de una violación.
 
Vivo tras las rejas de las miradas del morbo
de los hombres que me acechan pensando
que todo el tiempo estoy dispuesta al apareamiento.
Se olvidan que mas que carne soy espíritu.

Este poema es dedicado a todas esas mujeres que han sido violadas colectivamente y que no han podido defenderse. Vemos que esta práctica se ha vuelto cotidiana en el mundo y cada vez hay mas mujeres agredidas por esta horda de desadaptados. Esperemos que el poema ayude a tomar conciencia del grave daño que hacemos los hombres al violentar una mujer.

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