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HIJO NUESTRO

Me he detenido un momento y he apreciado la música,
la melodía que retumba tiernamente en mi oído.
Pienso que me ama,
quiero pensarlo.
Nunca escribo sobre la felicidad y mucho menos sobre el amor de una manera dulce.
Existe alguien allí afuera con la voluntad de amar,
con el carisma que le es otorgado sentir, con la pasión de soportar el dolor.
Ese es el ser humano, una cárcel dentro de otra cárcel, como una Matrioshka.
Aceptamos como –Verdad– únicamente las palabras del ser amado, adorado, ser idolatrado, ese capaz de manejarnos, por eso hay que elegir bien con quien despertar cada mañana.
Usted,
se lo digo así a lo bastardo como ando,
de esta manera digo mi verdad,
así soy más sincero plasmando las palabras de la manera como quiero,
las digo corriendo mientras fumo y fumando mientras voy sonriendo,
porque –me gusta reír– y –me gusta vivir– a diferencia de usted no busco la verdad,
 bailo con la mentira que es la única que me inspira y traiciono la verdad para que venga y me enseñe lo que es amar.
Soy un niño como cualquiera y repito lo que me enseña, me gusta jugar y me gusta follar, – perdón, es que soy un niño, pero muy adelantado para mi edad– Correr no es lo mío, caminar tampoco, pero caminar con saltos como ella lo hace, me gusta.
entonces guardo su imagen cantando y bailando para recordarla cuando sea grande y poder pintarla en algún retablo de mi casa. De la que hubiese sido nuestra casa y quizá con los años te vuelva a ver, ya mas vieja, con arrugas y agotada como siempre y será entonces el momento en que mi mente descanse, cuando mi cabeza para de maquinar y será como si hubiese visto a Dios en su mayor esplendor para así no darle vida a este hijo nuestro que jamás nos permitiste tener.

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