Cargando...

RETABLO

Un corderillo solo
y herido entre los bosques...
 
Un corderillo solo
                        (podrá crecer la hierba),
la voz adolorida que clama entre sollozos:
«¡Regrésame, Pastor, a tus rebaños! ¡Ámame!»
 
Noventa y nueve tienes,
                        noventa y nueve balan.
Noventa y nueve veces te volverás en calma;
mas el próximo giro no te será apacible....
¡y yo esperando ardiente que tú me llames! ¡Llámame!
 
¿Cómo podré, yo solo, cruzar los altos muros?
Mi sino es perecer, perderme en la montaña...
¡Aborréceme tú, que con aborrecerme
tu espíritu de amor, me sentiré salvado!
 
...Todo misericordia, me miras, me redimes,
y yo lloro y me quedo, como un niño, en tus brazos...
Otras obras de Leopoldo Minaya...



Top