Y si retorno, dolorido, ¿qué
tú me dirás? ¿Qué cosa llevaría
—dolor, desdén, templanza o alegría—
tu boca a los despojos de mi fe?
Y si retorno, dolorido, ¿qué
pensará el corazón, qué pensaría...?
Me pregunto, no sé, si olvidaría
aquello que a su oído sordo fie?
Me consta: juega igual lo que es distinto
—camino desandable y laberinto—;
el amor en mi caso fue y no fue,
pues la suerte cubrió—perfidia o celo—
mi grito y mi pasión y mi desvelo...
Y si retorno, entonces, dime, ¿qué?