Ojos Cafés
Ojos de Café
Me pierdo en tus ojos café,
ese color que siempre quiero ver.
No son azules, no son verdes, no,
son un café que me robó el corazón.
Como el café de la mañana,
tu mirada cálida me acompaña.
Profundos como la tierra oscura,
llenos de amor y de ternura.
Muchos hablan de ojos claros,
azules fríos o verdes raros.
Pero yo prefiero mil veces
tus ojos cálidos y sinceros.
En ellos veo un mundo entero,
un misterio verdadero.
No son simples, no son vanos,
son profundos, son humanos.
Si me miras, me despiertas,
si me sonríes, me conquistas.
Tus ojos se achican al reír,
y así me haces feliz vivir.
Son como un sol en el amanecer,
café claro para mí querer.
Resplandecen con la luz del día,
iluminando mi alma fría.
No me mires con tanta pasión,
que en tu mirada pierdo la razón.
Tu sonrisa es contagiosa,
tu mirada, maravillosa.
Tus ojos son mi tranquilidad,
mi refugio, mi realidad.
En lo sencillo encontré la perfección:
tu mirada llena de emoción.
Son ventanas a tu alma pura,
donde habita la dulzura.
Un universo guardan allí,
y yo quiero entrar hasta el fin.
Como una bomba de amor cayó,
en mi pecho tú estallido.
Un café fuerte, dulce y real,
que me hace volar y aterrizar.
Si pudiera, me vería
reflejado en tu poesía.
En tus ojos yo sería
el hombre que por ti vivía.
Quiero un café hecho de ti:
con el color que vi en mí,
dos cucharadas de tu dulzura,
el calor de tu figura.
Un toque de canela en la piel,
como el abrazo que me das fiel.
Así sería mi bebida:
tu esencia, mi vida querida.
Por tus ojos daría todo,
sería valiente, sería un lodo
que a tus pies se queda quieto,
por mirarte en tu secreto.
Ojos café, profundos y leales,
contra vientos y temporales.
Eres mi fe, mi despertar,
mi razón para soñar.
En tus ojos yo me quedo,
en su café me pierdo.
Porque son mi hogar, mi verdad,
mi eterna felicidad.
—Luis Barreda/LAB
