En el aula de Berlín
En el aula de Berlín
En Berlín en la universidad,
planteó el profesor algo profundo,
preguntó a los alumnos si es verdad,
que Dios creó cuanto existe en este mundo.
Un alumno respondió valiente
sí señor, todo lo que existe él lo creó,
el profesor le retrucó sonriente
entonces reconozca: el mal también lo creó Dios.
Si nuestras obras son reflejo de nosotros,
y el mal existe sin apelación,
entonces reconozca frente a todos
que Dios es malo por definición
Bajó el joven la cabeza, avergonzado,
en tanto el maestro se sentía feliz,
de haber con su razón pulverizado
el mito de la fe, en su aula de Berlín.
Alzó la mano un joven muy tranquilo
¿Puedo hacer una pregunta profesor?
¿Puede decirme usted si existe el frío?
—por supuesto—el maestro contestó–
Según las leyes de la física tradicional
el frío es solo la ausencia de calor,
tal como sucede con la oscuridad;
la luz fácilmente la podemos estudiar
Con el prisma de Nichols, para ver sus compuestos
lo obscuro en tanto no se puede acotar;
es la ausencia de luz, lo comprende por cierto.
Mi pregunta siguiente ¿cree profesor que existe el mal?
por supuesto-los crímenes y la guerra también,
la violencia, el estupro, el dolor es real…-
No Señor: ¡Es la falta de Dios, es la ausencia del bien ¡Dios no creó el mal, ni tampoco lo obscuro,
es que en la humanidad falta amor, sobra el lucro,
el maestro aturdido, no podía creer
caminaba en silencio en tanto que el alumno
fue aplaudido de pie.
¿Algo más que agregar?...– preguntó el profesor –
La luz es la sombra de Dios y su poder sin fin.
Se alzó una voz - Muy bien– (era el Rector);
su nombre, jovencito me lo puede decir?
y la respuesta fue: Albert… Albert Einstein señor.
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