Alma
Séptima sinfonía.
Querido diario, varios sonidos me han sido concebidos a mí
y yo, y yo y el arte, y el arte y yo, y yo con el arte, con el arte yo
¿Congelarte yo? con poesía
sí vencía la ansía vacía
hacía otro lugar me dirigía.
El arte es un estilo de vida, el sentir el arte.
La sensibilidad del ser humano, las emociones retratadas,
los bosquejos de ideas plantadas ahora con frutos,
disfruto de momentos diminutos donde lo efímero
es íntimo y sólo tú y yo sabemos de ese estado de flow.
Hoy le pedí un consejo a un habitante de la calle,
conocido como “perruncho” y fue lo que me dijo.
Pero, antes, es preciso aclarar qué:
Perruncho vive en el mundo de las ideas
constantemente conversando con el viento
las rocas, el fuego, el agua y diciendo cosas muy extrañas,
Pero, tiene instantes de lucidez, donde parece volver al mundo
presente.
Me dijo. “Lávate los ojos, sí, lávate los ojos”.
Y ésto me dejó pensando cosas extrañas,
su mirada era la de un infinito desconocido
una mirada perdida, fría y que transmite intranquilidad.
Aunque, es apropiado añadir qué, él en realidad
es una persona muy agradable y tranquila.
¿Por qué lavarme los ojos?, se refiere quizá a el hecho de
observar las cosas más allá de lo que meramente podemos percibir
y no quedarme con las que han sido condicionadas
por una sociedad manipuladora (? No lo sé.
¿Tenía alguna lagaña? ¿Me está diciendo que me la quite?.
Por otro lado, hoy descubrí el alma del mundo y el lenguaje en el
que habla el universo. Los que han leído la maravillosa obra de
Paulo Coehlo “El Alquimista” me entenderán.
Mi corazón hace parte del alma del mundo, por eso siempre lo escucho
los mensajes sin palabras que me envía
en un lenguaje sin palabras, pero con visiones,
con aprendizaje mediante la observación, son los que me guían
en mi camino para cumplir mi leyenda personal.
Aquel consejo era para mí, única y exclusivamente para mí.
Yo lo interpreté como un mensaje del alma del mundo,
que debo de eliminar los sesgos desagradables y tóxicos.
Lavarme los ojos es observar el mundo de forma limpia,
desde el corazón, desde el razonamiento lógico de amor.
