El suicida
21 de marzo, 2024.
Mi madre no está desconsolada.
No lo está.
Ni está sorprendido el más cercano
y hasta el último de mis amigos.
No lo están.
Son mentiras las profundas lágrimas.
Son mentiras.
Son mentiras las gragantas rotas.
Son mentiras.
Son mentiras las consciencias sucias.
Son mentiras.
No son ciertos todos los problemas
de mi jefe, que busca con prisa
alguien que resuelva con urgencia
los problemas que deja mi ausencia.
No son ciertas todas las terapias,
todos los problemas psicológicos,
la culpa, los sueños patológicos
de mi mujer. ¡Para nada ciertos!
No son ciertas las cuentas impagas
mi nombre en la lista de morosos,
en la lista de algún cobrador,
luego en la lista de cuentas incobrables,
no es verdad.
Para mañana, nada de esto
es verdad.
Este poema es un pequeño estudio sobre un concepto que encontré leyendo el poema homónimo de Jorge Luis Borges.
Pd. Solo por si acaso... no se preocupe quien lea porque no tengo intención de adelantar mi muerte ni a corto ni a largo plazo.
