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Jote de cabeza colorada

Basado en una fotografía de Cristian Varas

Te conocí. Te recuerdo bien.
Te vi campante en las alturas.
Vi tus alas desplegadas.
Vi tu formidable envergadura.
 
Pero algo, mucho me iniquieta
—y perdón que me inmiscuya—
que muy poco me complace
esa vulgar mirada tuya.
 
Criatura de oportunidad
con mirada de deseo
indigna de paladear fresca carne
te vas cruzando los cielos;
buscas algún ya-mordido,
algún mal venido animalejo.
 
Cuerpo de tentación
y cara de arrepentido
te sirve cualquier animal
con tal de cuidar de tu vicio;
cualquier carroña podrida
con tal de enganchar el pico.
 
En esa insípida cabeza
te queda una sola pluma
cubierta de porquería
de la raíz hasta la punta;
allá donde pones cabeza
solo comes, no preguntas.
 
¡Ay, ave carroñera!
¡Ay, pájarraco insaciable!
de antemano bendigo el día
que dignamente calmes tu hambre.

Mi colega, Cristian Varas, me facilitó otra fotografía con una majestuosa -aunque poco agraciada- ave típica de Chile y de latinoamérica. También me facilitó la frase "cuerpo de tentación, cara de arrepentimiento" que sirvió de inspiración para el tono de este poema. Cualquier parecido con alguna persona viva o muerta, con un comportamiento cuestionable, es pura coincidencia, a menos que sea exactamente en la persona que estaba pensando. Ningún ave fue lastimada en la realización de esta obra.

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