Me muevo. Uno, dos, tres pasos. Nadie puede negar que avancé un poco. Se pueden ver mis huellas en el suelo, pero amanezco en el mismo sitio. ¿No me desplacé? Es cierto —verifico las ma...

De pronto aparece en la puerta, como tallado, el acreedor. Viene en busca de su salario. Tiende su mano izquierda desde la entrada, inmóvil. Los dos nos miramos sin comprender. Reconozc...

Pídeles sus títulos a los que te p… cuándo nacieron, diles que te demu…

Tuvo que descender para buscarte, llegar a sus confines, sufrir por no reconocer su rostro, caminar mecánicamente, sin saber s…

Agrio portero nos aturde ahora. Antes veló por nosotros, y ya azuz…

Lenguaje emanado puntual fehaciente, no el engaño

Yo viajo a los espacios transparen… Conmigo está tu chal de lana, el v… tus zarcillos con que ibas al merc… El perro que nos despertaba pasa s… No es magia, sencillamente nada he…

Es recio haber gastado días, meses… saber de quién. Recio no poder ver… Recio ignorar lo que nos devasta.

Sé que si no llego a ser nadie habré perdido mi vida.

Vengo de un reino extraño, vengo de una isla iluminada, vengo de los ojos de una mujer. Desciendo por el día pesadamente. Música perdida me acompaña.

Rosa de claras risas que golpea siempre un mismo jirón de luz y a un blanco río de trópico que duerme