Llama a míster danger
Cuando pienses
en el American Dream,
y las ventanas del
Empire States estén cerradas
y el smog se estrelle
contra ellas
en el atardecer
mientras los inmigrantes lloran
porque el dólar se lanzó al vacío
desde el piso 102
y aún continúa cayendo.
Llama a míster danger
cuando en las alcantarillas
de la Quinta Avenida y West 34th Street
se escuchen anécdotas borrachas
de persecución de polizontes
por “el paso de la muerte”,
donde se ahoga la esperanza
en las lenguas secas
y en los cuerpos deshidratados
que pasarán a ser una cifra más,
en el boletín informativo
de los domingos
en Univisión,
junto con la cocaína
hallada en los túneles
del desierto de Arizona
y las matanzas por narcotráfico
en ciudad Juárez.
Llama a míster danger
cuando Chávez ahogue el cáncer
en su petróleo
y la guardia personal del tío Sam
baile el boogaloo
con las putas
en Cartagena de indias,
visite el castillo San Felipe
y tome jugo de borojó
para calmar la resaca
del día anterior.
¡Llama a míster danger!
¡Llama a míster danger, amigo!
Y dile que estamos preparados
para que nos introduzca
su black power of capitalism por el culo
pero que no tenemos Vaselina.
