12/22/2017
#Verso libre
¡Pobre Arlequín! lloran tus ojos… aunque en tu rostro exista la sonr… sólo es tuyo el lamento de la bris… que con amor y gran ternura vistes… ¡Tú, mi Arlequín! que escasamente…
La rana duerme, tranquilidad nerviosa. ¡Puede saltar!
Frío en La Habana al sentirse la brisa del malecón.
Te observo lleno de años y de hist… decorando el final de ese sendero, y tú, árbol milenario te alzas fie… donde amarillas flores ríen gloria… Te miro y oigo todas tus memorias
¡Oh! sol de vida, nutriendo las crisálidas, ¡Hay mariposas!
Gran río azul de aguas verdes y frías. Corre tranquilo, aunque el peso de tu profundidad te agobie.
La mentira y la verdad, suelen ser o no creíbles. Todo depende del momento en que se digan.
Las cuatro décadas de tan hermosa niña, suman otoños.
La lluvia moja, cala el alma, la piel, turba mi mente. Siento el jugueteo húmedo que viene y va... y se seca.
Cuando yo sea niebla, polvo, o simplemente “nada”
Abro mis ojos, miro el amanecer. Siento el aroma de la mañana y digo: ¡desperté!, soy feliz.
Canta el Jilguero en su vuelo ondulado. Son sus gorjeos tan dulces y animados que deleitan la vida.
En mármol frío reposan estos versos. Dejad que el viento me lo cuente al entrar por la ventana.
Lo irrealizable, lo imaginario o lo fantástico, es una posible utopía. Para mí,
Amanecer en un día nublado; nos hace verlo, como el sutil frescor que nos regala el cielo.