Haiku 36
11/04/2016
#Haiku
La lluvia moja, cala el alma, la piel, turba mi mente. Siento el jugueteo húmedo que viene y va... y se seca.
Hay cosas malas que mucho desconciertan. Mas, lo peor, solo es inevitable cuando ya ha sucedido.
Partiste en la madrugada de una extraña noche de verano, sin embargo, ese calor agobiante llegaba a mí colmado de frío, un frío de incertidumbre que me hacía temblar mientras te miraba....
¡Pasan los días! Lentos, implacables con esa letanía que se convierte
Caracolillo, al verte desde lo alto, ¡cuan frágil eres!
Su rostro pálido y curtido con profundas arrugas, endurecían su semblante, poniéndole una máscara a su realidad. Cada día, reunía los céntimos recaudados para tomarse un café en el bar ...
Las cuatro décadas de tan hermosa niña, suman otoños.
Dime hermana... ¿A dónde has ido? ¿Al cielo, a las nubes, a las estrellas?
La rana duerme, tranquilidad nerviosa. ¡Puede saltar!
¡Pobre Arlequín! lloran tus ojos… aunque en tu rostro exista la sonr… sólo es tuyo el lamento de la bris… que con amor y gran ternura vistes… ¡Tú, mi Arlequín! que escasamente…
¡Brotes de amor! en esa rosa blanca, sobre mi pecho.
Hermosa palabra, llena de esos matices que irradian vida. Es cuando el mar y el cielo se funden en un beso.
La cigüeña se aferra a su alto nido y mira airosa. Son sus potentes alas amparo de su prole.
Los dos jamás podrán brillar unidos. El sol no sabe que para que haya luna, debe irse con la noche.
Tanta nostalgia anclada en el recuerdo. Vid goteando, y el río desbocado en su frío deshielo.