qué incómodo el sonido perpetuo de los grillos lamentándose en la noche eterna y calurosa de un diciembre cualquiera
Lluvia, autos, ruido Ómnibus que van y vienen Jueves en Montevideo Café, música, suspiros Las horas pasan
Otra despedida Esta, un poco más tierna Aunque no recuerdo tanto la anteri… Otra partida tuya Esperada e inevitable
Quiero beber del licor febril de tu ser Quiero devorar el manjar prohibido
Escucho el río Ese río que parece mar El ruido de las olas Que llega desde el Sur Escucho los autos
Asfixio el grito contenido de mi alma Camuflo La desazón profunda de mis entraña… Soy un disfraz
Me muero de las ansias reprimidas y de las palabras censuradas
Me guardo La rabia contenida del deseo Un beso tuyo atragantado Los gemidos que no fueron nunca Me guardo
tengo el corazón pesado de ausenci… de esos que se fueron de amores inconclusos de verdades veladas escondidas en la esquina remota
¿En qué me has convertido? Me has despojado violentamente de todo vestigio de razón ¿En qué me has convertido?
los pendientes infinitos el anhelo incompleto suspendido en el aire y la punzada aguda de saber para siempre
mi muso ignorante el numen profano de esta alma mendiga que implora sosiego a cambio de versos ignotos
Me pregunto Si en algún mundo alterno El espacio y el tiempo Fueron benignos Si sentí tus labios
Vos y yo somos cómplices De una noche impronunciable Casi inexistente Como un sueño difuso Que mágicamente compartimos
Ya no más Ya no juegan al fútbol los niños en la calle Curiales Las risas se ahogan en el vértice del tiempo