Escucho el río Ese río que parece mar El ruido de las olas Que llega desde el Sur Escucho los autos
Lo puedo tocar al cuerpo diáfano de las horas irrecuperables y de los momentos por siempre en el ayer encallados
Quiero embriagarme con el sabor áspero de tus besos impacientes que hoy no son más que una foto en sepia
Quiero beber del licor febril de tu ser Quiero devorar el manjar prohibido
Pica, duele, arde Esta ansia inconclusa El párrafo sin punto final Que muere en mitad de la frase El cuento sin desenlace.
Un paso más y el abismo Una caída eterna al despertar de mis sentidos
Las puertas de mi bóveda ansiosas anhelan abrirse con el tacto helado de tu llave de plata
En este mundo inerte Gris y mundano El mero recuerdo de tu tacto Me envía una tierra de etérea dich… En este mundo injusto
Lluvia, autos, ruido Ómnibus que van y vienen Jueves en Montevideo Café, música, suspiros Las horas pasan
Tengo puesto ese vestido El de esa noche Inefable de verano Tengo puesto ese vestido Te acordás
Hay algo ahí En la esquina de tu mirada En esa media sonrisa Que no se termina de formar En la frase no tan casual
Otra despedida Esta, un poco más tierna Aunque no recuerdo tanto la anteri… Otra partida tuya Esperada e inevitable
Te pienso Estás alejado Absorto en otras personas en otros mundos
Vos y yo somos cómplices De una noche impronunciable Casi inexistente Como un sueño difuso Que mágicamente compartimos
Llamame Ya no me importa ser esa ilusa que se sienta a esperarte