Lluvia, autos, ruido Ómnibus que van y vienen Jueves en Montevideo Café, música, suspiros Las horas pasan
mi muso ignorante el numen profano de esta alma mendiga que implora sosiego a cambio de versos ignotos
Las puertas de mi bóveda ansiosas anhelan abrirse con el tacto helado de tu llave de plata
Me guardo La rabia contenida del deseo Un beso tuyo atragantado Los gemidos que no fueron nunca Me guardo
tengo el corazón pesado de ausenci… de esos que se fueron de amores inconclusos de verdades veladas escondidas en la esquina remota
Y yo aquí, así, un suspiro Un anhelo y la espera Y las ganas de que pienses En mí como yo en ti Y tú allá, así, quién
Me desbordo Soy una copa De vino rebalsada De vino rojo y espeso Me desbordo
Tengo puesto ese vestido El de esa noche Inefable de verano Tengo puesto ese vestido Te acordás
Te pienso Estás alejado Absorto en otras personas en otros mundos
Quiero beber del licor febril de tu ser Quiero devorar el manjar prohibido
Lo puedo tocar al cuerpo diáfano de las horas irrecuperables y de los momentos por siempre en el ayer encallados
Un paso más y el abismo Una caída eterna al despertar de mis sentidos
Escucho el río Ese río que parece mar El ruido de las olas Que llega desde el Sur Escucho los autos
Pica, duele, arde Esta ansia inconclusa El párrafo sin punto final Que muere en mitad de la frase El cuento sin desenlace.
no es soledad no es tristeza ni amargura es el vacío de una ausencia