Viento, querido mío.
¿Qué intentas?
Si tuviera que adivinar
diría que intentas tumbar
a este corazón decidido
que no se va a doblegar
ante nada
y dejarlo malherido.
Si tuviera que adivinar
diría que tengo la teoría
—un poco sombría—
de que te crees capaz
—y por ello te muestras pertinaz—
de atacar
y horadar
mi coraza.
No obstante,
—y a pesar de mi intentar
horadar y destapar
tus intenciones–
no consigo averiguar
qué tramas
con este ulular
tan grotesco.
A pesar de todo,
me llego a consolar
cuando me pongo a pensar
que es absurdo
este intentar
de averiguar qué intentas.
Tú no eres nada
y yo no lo tengo por qué adivinar.