Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
Cree en ti mismo: la creencia precede a la evidencia.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…
Las tiendas cierran, las cabezas pesan: hace frío para nada.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Mientras el otoño llega y las hojas se tornan amarillo, yo me torno carajillo y me bebo,
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.