Ignacio Rodríguez Galván

El buitre

Canto de venganza

Yo que abrigo venganza insaciable,
que el encono mi pecho desgarra
¡cómo envidio del buitre la garra
cuyo oficio es herir y matar!
Cuando él halla la presa que busca
se encarniza con ella rabioso;
si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.
 
Me engañó con fingidos halagos
la mujer que adoré con ternura;
no mirara, cual hoy, su hermosura
estrechada de aleve rival.
Pues sobre ellos veloz me lanzara
esgrimiendo mis uñas gozoso.
Si yo buitre naciera espantoso,
me venganza me hiciera inmortal.
 
Al ingrato que paga en traiciones
beneficios de cándido amigo,
que le da el alimento y abrigo
contra el soplo de suerte mortal,
su alma negra impaciente arrancara
en su cuerpo cebándome ansioso.
Si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.
 
Un infame se embriaga en el vicio
y seduce a la tierna doncella,
y de joven purísima y bella
la convierte en espectro fatal.
En el pecho del uno y la otra
pico y garras hundiera afanoso.
Si yo buitre naciera espantoso
mi venganza me hiciera inmortal.
 
El tutor que a pupila infelice
abandona a la suerte iracunda
y entre tanto la herencia fecunda
desparece en su mano rapaz,
no sereno su robo gozara,
pues sobre él me arrojara enconoso.
Si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.
 
El avaro sumerge en miserias
al hambriento infeliz que le implora
y que en vano laméntase y llora;
sólo cede al valioso metal.
Al sonido del oro, en su pecho
repasara mi garra furioso.
Si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.
 
Sobre lecho mullido de plumas
duerme inquieto mezquino tirano,
pues en sueños divisa una mano
que en el seno le vibra un puñal.
Devorándolo airado me viera
al volver de su sueño horroroso.
Si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.
 
Y en los pueblos que sufren su yugo
y que viles le inclinan la frente,
con desprecio y furor inclemente
afilara mi garra voraz.
De su sangre cobarde formara
dilatado torrente espumoso.
Si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.
 
Cuando encima de toda la tierra
mar inmenso de sangre mirara,
satisfecho en sus ondas nadara
de este mundo infeliz dueño ya.
Y en la sangre mis alas tendiendo,
entre sangre tuviera reposo.
Si yo buitre naciera espantoso,
mi venganza me hiciera inmortal.

(1837)

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