Amor de despedida
Por Jorge Cervantes
Supongo que lo único que quería era demostrarte tu significado,
Abrirme ante tu mirada, y sentir tu interés por mi nombre,
eso me dio paz, al menos por una noche.
¿Te he hablado sobre el amor de despedida? No lo creo.
La gente se cruza en tu camino sin darse cuenta que te tapan el tuyo,
justo allí en donde su vértice y el tuyo coinciden, eso es afecto.
Hoy muchos afectos son el empedrado que piso, pero el día mañana se irán o no, no lo sé.
Pero cuando se van, el piso es nuevamente pavimentado,
Lo que alguna vez dio forma a mi cotidianeidad se esfuma, me da paso libre para el camino;
Tu causa y mi causa se convergieron, tu presencia era eficiente y la mía formal,
yo te daba materia y tu me dabas finalidad.
Pasaron los meses y te deje de ver, ya no me estorbabas en el camino y aun así te miraba en él,
me quedé paralizado, y pensé, “ojalá te hubiera evidenciado mi afecto”
hoy por fin me despido de ti, todo quedó igual, más dejaste de ser mi faro, y tu luz se apago.
Salí de mi miedo, caminé hacia ti y te probé mi afecto, la respuesta tuya poco importa,
no lo hice por tu nombre, sino por el mío.
Bueno, querida, eso es el amor de despedida,
es buscar el momento preciso para terminar el baile,
porque cuando la desilusión venga por ti y por mí,
me temo, estaremos preparados y nadie podrá decirte hacia dónde caminar.
