#EscritoresEspañoles
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,